4/12/15

Viajar a ese lugar





Años y años escuchando esta música. Infinito de quien está a tu lado y existe a través de la barrera de la distancia o el tiempo.

Un atardecer en tecamac, miradas acostadas en el jardín y en el aparato revotador, mientras alrededor se mueve el mundo y el sonido. Intransferencia, ruido. Ambiente que rompe la precisión, que históricamente la rompe. Años de viajes sentidos, soñados o vividos a la parte de arriba, a ourense, carballiño; al apretado baño, a la cocina, a dormir con la nostalgia de los animales, a casa de l-s-e-i-r-o. Una y otro lo vivieron en sueños, lo dibujaron, sentidos, reales.

Dos, presentes, cambiados por el tiempo, pero no ajenos. Destrozar el mundo y que no queden mas que esas miradas; con ellas reconstruirlo, acariciarlo y volverlo a destrozar. Magia. Magia que quiebra las almas pero que también las revitaliza, las lleva de un extremo a otro, sin puntos intermedios. Los puntos más altos y los más bajos de esta vida, conjungados. Sin filtros. Humanidad en carne viva. Y a pesar de que continúa, ¿cómo mirar a la gris vida después de esto, ante su lejanía?

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