26/2/21

 

De nuevo, la salida a caminar en la noche conlleva cientos de pensamientos re e irrelevantes.

La cuestión central radica en saberse uno, uno múltiple de varios.

Caminar la ciudad por las noches es involucrarse con todos sus olfatos y mezquindades.

No hay respuestas.

Lo que importa es hacerlo. Caminar por caminar. Mover el cuerpo en estos contextos es acción revolucionaria: salir y agruparse, re, reagruparse con todo aquello que da sentido y simbolismo a la existencia colectiva.

Me gusta caminar en medio de las noches sin viento.

Disfruto escuchar los simples sonidos. Mi bota en la banqueta. El peatón eterno que sus pies no le permiten detenerse.

Quiero más poesía.

Pero la quiero rebelde.