Cuando se abren hasta el horizonte los senderos por caminar

(Y un sábado miran desde Tijuana hacia el sur).

Hasta pronto, camarada Viglietti

A tres meses de la desaparición física de nuestro maravilloso camarada de la revolución latinoamericana.

Presente. Mil veces presente, en cada manifestación.

Nos toca reproducir su voz.

Compañero por décadas. Inspirador de actos y revoluciones. De caminos, de senderos, allá, donde el ecuador se ve hacia arriba. De volteretas y reencuentros fallidos; fallidos pero no mortales. Mortales somos.

Por Viglietti miles hemos ido a las calles (y lo seguiremos haciendo), acompañando a la protesta socialista con el arte, siempre libre. Tanta profundidad de miles que las urbes no saben qué hacer. Y las exprimimos tanto hasta que las calles pierden sus nombres corrompidos y florecen unos nombres otros.

Desde las arenas de tu pequeña patria, uruguayo, te hemos escuchado, hasta donde las mismas entrañas del imperio (como diría Martí) se desparraman entre trincheras y fronteras. Aquí también todos somos todos: nuestros rostros se confunden, como en tus canciones.

Defenderemos la vida, de esta muerte sistema contexto. La sal de la tierra. Siempre eso.

24 meses tarde pero llegó, con Mercedes

Y luego vociferan que el marxismo ha muerto. Ja.

Ponciano

Donde los migrantes y los retornados se convierten en poetas

Toda música es política

Cómo se ve en Tijuana el muro del imperio

La otra punta de 'final de camino'. De aquí hasta el Sur. Internacionalismo revolucionario.

Orilla del Pacífico en las playas de Tijuana.

numen ¡!

Reír, cantar y nada más

R...

"El problema es casi infinito": Cortázar