14/8/10

Una de Tosco

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“Nuestra experiencia nos ha enseñado que, sobre todas las cosas, debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces, pasan meses sin que nada aparente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio de estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar, en una semana, en un mes, en un año. Nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos."


Agustín Tosco (luchador obrero argentino)


Los sobrevivientes de Trelew hablan:





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Murales para La Paz

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Por Vincius Mansur, corresponsal de Brasil de Fato. en Bolivia . Fotos: Mauricio Acevedo
Fuente: Prensa de Frente

Los murales ya eran pintados por griegos y romanos hace siglos, pero fué su apropiación por pintores mexicanos en la primera mitad del siglo XX que dió inicio al Muralismo, siendo Diego Riviera su principal representante.

De forma realista y de proporciones monumentales, El Muralismo fué influenciado por el expresionismo alemán y por las vanguardias rusas. La originalidad de su repertorio se dio por la conexión directa de los muralistas con el contexto social y político de la época y por la representación de las culturas Maya y Azteca, además de elementos folclóricos del México Colonial. El Muralismos fue impulsado por la Revolución Mexicana de 1910 como proyecto educativo y cultural, narrando la historia del país, exaltando su fervor revolucionario y rompiendo con la pintura académica, restricta a galerías, museos y colecciones particulares.

Las similitudes políticas y culturales, especialmente por la presencia indígena, han traído el Muralismo para Bolívia ya en la Revolución Nacional de 1952, cuando se destacaran pintores como Miguel Alandia, Walter Sólon e Lorgio Vaca. No es coincidencia que el Muralismo siga siendo pintado en las calles de La Paz, haciendo el arte accesible al pueblo, en medio del “Proceso de Cambio” encabezado por Evo Morales. De las decenas de murales, el fotógrafo mexicano Mauricio Acevedo ha elegido siete de ellos.



“La marcha de los 200 años”, del artista Gastón Ugalde, es el mayor mural de La Paz, con más de 300 metros de largo y, aproximadamente, cuatro metros de altura. Estrenado este año, por la conmemoración de los 200 años de independencia de La Paz, y pintado con raro realismo en las paredes del Teatro al Aire Libre, en la Avenida del Poeta, este mural trae 200 personajes paceños, como líderes políticos, religiosos, intelectuales, artistas, figuras del folkclore local y representaciones de la cultura andina.



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En detalle, la contraposición de las formas andinas de representación con la arte sacra occidental, retratando la dominación española.




También en conmemoración al Bicentenario de la Independencia de La Paz, este mural fue pintado por siete jóvenes del grupo Apacheta, ganadores de la competencia abierta por la alcaldía, cuya temática era “Movimiento Obrero”. Ubicado en el túnel que conecta las avenidas 6 de Agosto y Arce con la Plaza del Estudiante, al frente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), el mural retrata en las dos paredes laterales del túnel, entre otras cosas, la lucha indígena por acceso a la universidad. En la segunda foto, el mural se convierte en un bello cuadro para la marcha de maestros de escuelas publicas por incremento salarial.







En el centro de La Paz, en la Avenida 16 de Julio, cortada por una grande y transitada acera central, el Prado, está una prueba del muralismo boliviano exclusivamente indígena, pintado por el artista Sergio Campos.




También en el Prado, otro mural del grupo Apacheta rescata la hitoria de luchas boliviana en contra la colonización española, en defensa de la hoja de coca y de la nacionalización de sus recursos naturales.




En detalle, los artistas destacan la “Tesis del Pulacayo”, documento de orientación trostkista, elaborado por el Partido Obrero Revolucionario (POR) de Bolivia, en 1946, cuya la cabeza era Guillermo Lora. La estrategia defendida en el documento abrió paso para la Revolución Nacional del 52, aunque la vanguardia del proceso haya sido el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).




En la avenida Montes, que une La Paz y la ciudad de El Alto, el mural hecho por Castellón escapa de la representación de momentos de lucha del pueblo boliviano y destaca a Jesús Cristo. Al lado izquierdo de Cristo, está representado el desarrollo de la urbe paceña. Del lado derecho, símbolos del folclore nacional.




Este mural, sin firma, ubicado en la esquina de las calles Tarija y Linares, demuestra la capacidad de los muralistas en tratar temas actuales. Pintado pocas semanas después del temblor que ha debilitado a Chile, en febrero de este año, el mural remite a la pelea histórica entre Chile y Bolívia, en la cual la devolución del acceso al mar es la principal reivindicación boliviana;






Ubicada al lado de la Casa de Cultura de La Paz, en la zona popular Peréz Velasco, este mural también anónimo, demuestra otra virtud del muralismo: la capacidad de recriar la noción de
espacio.
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El valor de uso en Bolívar Echeverría

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Notas del libro:
Stefan Gandler (2007), Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, FCE, México
Capítulo 2

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II. Sobre B. Echeverría: valor de uso y ethos

Se estudia el intento de Echeverría por concretar la praxis en la modernidad, lo que lleva a analizar los dos temas principales de la filosofía social de este autor: el concepto de valor de uso (forma natural del proceso de producción y consumo) y el de los cuatro ethe de la modernidad capitalista (cuatro formas desarrolladas para soportar las relaciones reinantes de producción).

Algunos elementos básicos de la modernidad capitalista se comportan como un ‘complejo mítico’ al no ser realizables como el discurso les manda.

El concepto de praxis en Sánchez Vázquez es demasiado abstracto. Con esto, la revolución bajo el concepto socialista se convierte en una reproducción burguesa al estilo Revolución francesa ya que se concluye que es solamente a través de la revolución la única manera posible para subvertir las relaciones humanas que se encuentran tocadas por el neoliberalismo. Esto lleva a la revolución a convertirse casi en “la continuación congruente de la experiencia del mercado como locus privilegiado de la socialización.” (p.278) Se piensa que la única vez que la revolución se logra es la única ruptura posible; se institucionaliza.

“También la praxis humana debe concebirse, en cada caso, en su contexto histórico, cultural y geográfico; no puede ser entendida realmente en el marco de un pensamiento que, en apariencia, se mantiene universal.” (p.282 y cita 26)


El valor de uso

Analiza el concepto original marxiano de valor de uso confrontándolo con la teoría lingüística de Saussure: “al lado de la langue (idioma), o sea, del conjunto de múltiples producciones y consumos de valores de uso en una determinada constelación histórica, existe además el langage (capacidad de hablar, lenguaje). Éste es el punto capital. Lo específicamente humano, por lo que Echeverría se pregunta varias veces en el texto “LA forma natural de la reproducción social”, no es la langue, o sea un determinado idioma, sino el langage, la capacidad de hablar en sí. No es una forma específica de valores de uso confeccionados y empleados lo que distingue al ser humano y su autocreación, sino su facultad de hacerlo. Con la diferenciación de lengua y lenguaje, aplicada a la esfera de la producción, ya no se puede llegar con tanta facilidad a la conclusión de que una determinada constelación de valores de uso está en un estadio de desarrollo ‘superior’ o ‘inferior’. […] Así pues, el interés de Echeverría por la semiótica fundada por Saussure puede comprenderse como un auxiliar teórico para combatir el ‘falso universalismo’, que no es sino la autoelevación de una de las particularidades existentes en lo ‘general’, y hacerlo sin arbitrariedad.” (p.355)

La misma metodología de Saussure, Echeverría la plantea para los valores de uso: “una clase de análisis que no empiece por considerar mejores unos frente otros sólo porque hayan surgido en el marco de una forma de creación de valor más industrializada.” (p.354)

  • Las denominaciones de países como ‘desarrollados’ o ‘subdesarrollados’ implica un arraigado productivismo económico que lleva a que las fuerzas industriales sean las que determinen sin más el progreso de un pueblo. Incluyendo al marxismo dentro de este desarrollo teórico que se mantiene dentro de esta percepción.

  • A la realidad que vive Latinoamérica se le llama ‘modernidad inconclusa’, misma que promueve el racismo; se debe reconocer que no lo es tal sino que es “la perfecta expresión en su propia contradicción.” Es la modernidad para el subdesarrollo y al mismo tiempo una contradicción en los mismos planteamientos racionales de la Ilustración.

  • “Según ésta, lo decisivo en las relaciones de producción es el proceso productivo en cuanto referido al valor; partiendo de éste se puede explicar y evaluar todo lo demás, es decir, también el proceso productivo en cuanto referido al valor de uso. Esto da por resultado que los valores de uso producidos en el marco de una sociedad en la que exista un grado relativamente alto de industrialización harán que esa sociedad sea concebida automáticamente como ‘más desarrollada’ que las otras. Y como, además, se sabe que los valores de uso son coherentes en cada caso con la constitución cultural de un país, se llega por último a la conclusión de que determinadas formas de cultura están ‘más desarrolladas’ que otras sólo porque se encuentran en una comarca en la que reina también un grado de industrialización más elevado que en otras comarcas. Si bien hay cada vez menos teorías que defiendan esto con tan abierta agresividad, éste es, implícitamente, el pensamiento reinante en general, en la vida cotidiana al igual que en las ciencias. Que esto no se proclame en todo momento, no le quita para nada su casi absoluta omnipresencia, así sea entre líneas.” (p.352-353)

  • En esta forma –ligeramente oculta- predomina, pues, la idea de que más pronto o más tarde todos los seres humanos deberán vivir como es hoy habitual en Europa y en Estados Unidos, y que ése será el verdadero ‘desarrollo’. Una fijación en la producción y el consumo en cuanto referidos al valor, combinada con un progresismo ingenuo, forman un caldo de cultivo ideológico donde el eurocentrismo difícilmente deja de prosperar.” (p.353-354)


La modernidad realmente existente

  • Alusión obvia a la URSS, que ni siquiera fue socialismo. Con el término se señala teóricamente la posibilidad de la realidad de otras modernidades. Así, ésta no es la única sino la dominante y que niega la existencia de otras posibilidades.

  • La misma se afirma como única posible.

  • Emana un universalismo falso y abstracto. Echeverría opone, entonces, un universalismo concreto.

  • La modernidad se caracteriza en términos de Echeverría por: 1) la tecnología racional, 2) intercambio mercantil siempre en aumento y 3) la apertura hacia las culturas y sociedades locales ante las ‘mundiales’. Sin embargo, el punto número tres tiene defectos: ocurrió ‘perversamente’ ante la cerrazón de la “contrarrevolución capitalista” (p.389) la cual impidió que la Ilustración tuviera una emancipación para los demás pueblos dado que se enfocó únicamente hacia el centro de los países industrializados. Esto, al contrario de lo que el marxismo occidental llama como error de ‘ideología’, Echeverría le llama ‘mito moderno’.

  • A la modernidad la ve con un determinismo cronológico lineal (al contrario de los críticos del eurocentrismo): “El fundamento de la modernidad se encuentra en la consolidación indetenible –primero lenta, en la Edad Media, después acelerada, a partir del siglo xvi, e incluso explosiva, de la Revolución industrial pasando por nuestros días- de un cambio tecnológico que afecta a la raíz misma de las múltiples ‘civilizaciones materiales’ del ser humano.” (p.390)

  • “La revolución, para serlo de verdad, debe ser, como lo señala Hegel, una ‘negación determinada’ de lo existente.” (p.366) Lo cual nos lleva a la dialéctica y a la importancia que Hegel tiene en la misma comprensión del mundo como modernidad eurocentrista.

  • “La negación determinada del universalismo abstracto es, entonces, en su terminología, la aspiración a un universalismo concreto, mientras la negación indeterminada es la ingenua reprobación posmoderna de todo universalismo.” (p.367) Así, la modernidad realmente existente tiene posibilidades internas hasta el momento no aprovechadas: las cuales significarían rupturas, tan grandes como podría ser una revolución.

  • La modernidad es una contradicción de la realidad capitalista entre un proceso de trabajo y disfrute en cuanto valor de uso y uno de reproducción y acumulación de la riqueza en la ‘valorización del valor abstracto (acumulación de capital)’. Así, esta realidad en que la segunda subordina a la primera es visto como una segunda naturaleza del hombre a través del ethos que asegura la armonía en la cotidianeidad. (p.382-383)

  • Si hay diversas modernidades existentes, se debe proponer un análisis exacto de cada una para identificar lo que debe ser absolutamente desechado en la búsqueda de la modernidad no capitalista, así como identificar los puntos que serán el inicio de esta última. Por ello, un método es propuesto por Echeverría dentro del marco para el enriquecimiento marxista unido a la semiótica: los ethe modernos.

  • Se debe perder el respeto a lo fáctico de la modernidad: es la modernidad realmente existente que como rasgo principal tiene al eurocentrismo, el cual bloquea las posibles modernidades alternativas.

  • Se debe quitar de la mente lo predeterminado que significa la continuidad histórica: la que ofrece una línea impecable de razón revelándose al mundo como lo único y mejor.

  • El método debe ser comparativo a través del “valor de uso y signo” semiótico.


El ethos histórico

  • Es el término genérico. El concepto.

  • Conjunta dos acepciones del origen griego: es el ‘uso, costumbre o comportamiento automático’, además de ‘el carácter, personalidad individual o modo de ser’.

  • Como existe en los conjuntos sociales, el individuo que pertenece no lo busca descifrar. Se evita descifrar los comportamientos naturales de un conjunto ‘nosotros’ pero también es la presencia del ‘nosotros’ y cómo el mundo los interfiere o cambia.

  • Es una determinación, por consiguiente, de las circunstancias objetivas y subjetivas. Construcción del mundo de la vida en los sujetos y objetos.

  • El valor de uso se haya supeditado a la producción de valor por lo que el ethos se modifica de acuerdo al valor de la producción capitalista que la sociedad perteneciente a dicho ethos conlleva; el eurocentrismo tiene un valor de uso excesivo ya que se determina por su valor en la modernidad existente.

  • El ethos no es sólo la ideología existente sino también todas las formas de vida cotidiana: “todo aquello que hace soportables las relaciones reinantes de por sí intolerables.” (p.380) También las formas de comportamiento e instituciones sociales.

  • Esto debe ser analizado no “partiendo sin más de la forma de mercancía adoptada por la producción (relación de valor), sino también de la forma concreta de los valores de uso producidos y consumidos en cada caso.” (p.381) Estas formas de vida que lo hacen aguantable (que ésta es su función social) es el ethos histórico.

  • Es estructural y destruye el valor de uso, la pluralidad de las distintas manifestaciones de vida que tienen valor por su uso en sociedades determinadas, que son eliminados por la producción de valor ‘universal’ que determina lo desarrollado de lo no desarrollado; es una forma de ‘naturalizar lo capitalista’.

  • Gandler lo define: “es el conjunto de usos, instituciones sociales, formas de pensar y actuar, herramientas, formas de producción y consumo de valores de uso que hacen posible vivir como ser humano o como sociedad en las relaciones capitalistas de producción, en verdad inhumanas, sin tener que inventarse continuamente una solución al problema que resulta de esas relaciones.” (p.381)

  • En Latinoamérica el problema no es en el proceso de valor capitalista en los aspectos sociales, más bien es centralmente con el eurocentrismo porque el valor de uso ya llega predestinado de allá, por lo que: en Latinoamérica se cree que el superdesarrollo intelectual europeo y la supuesta falta del mismo en América es por la ‘ausencia de autoestima nacional’, convirtiéndose éste en el gran mito cuando en realidad lo que ocasiona es una escisión entre las clases: dejar detrás al indígena y al pobre ante la promesa de modernidad. “Para atacar con los recursos de la teoría este problema –provocado por el eurocentrismo en gran parte- Echeverría desarrolla el concepto de ethos, para hacer visible la diversidad de formas que en cada caso adoptan el autoengaño y el sobrellevar las relaciones sociales reinantes.” (p.385-386)

  • Los ethe, entonces, se presentan como ‘espontaneidades complejas’ muy diversas que predeterminan tipos de actuación que permiten soportar las condiciones aberrantes: la tv, las compras, el alcohol, videojuegos, viajes, política, publicidad, alimentos light, etc.


Los cuatro ethe

Son las cuatro formas básicas del actual ethos histórico: realista, romántico, clásico y barroco. No se diferencian por clase social ya que en todas pueden darse cada uno dependiendo de sus determinaciones históricas, geográficas y culturales. (p.397) Sirven para naturalizar el capitalismo: como algo que proviene de la naturaleza.

“¿Cómo es posible que el modo de producción capitalista, obviamente insoportable, y la sociedad burguesa que lo acompaña, sean percibidos por los sujetos de esa sociedad como inevitables, incluso soportables y a lo mejor hasta razonables?” (p.271)

Echeverría intenta responder alejándose de los argumentos esgrimidos desde las posiciones europeas del ‘marxismo occidental’ (Lukács, Korsch, Benjamin, Adorno y Horkheimer). Entonces, intenta un postulado de la E. de Frankfurt para confrontar al eurocentrismo: “salvar lo singular y particular ante el ataque conceptual y real de lo (aparentemente) general, sin tirar por la borda los conceptos generales y el afán emancipatorio universal.” (p.271) Sin embargo, hay que utilizar a Marx en su sentido anti eurocentrista, si no, el análisis sería incompleto.

Él demuestra que las relaciones capitalistas de producción no se encuentran en un proceso lineal sino que existen diversas modernidades capitalistas entre las que una domina. “Le interesa escaparse de la idea de que un determinado desarrollo histórico debe iniciarse en un cierto punto para extenderse luego paulatinamente por el resto del planeta y que, por tanto, deben existir siempre territorios cuyo desarrollo esté más avanzado que el de otros.” (p.272-273)

  • Va más allá de Heiddeger ya que plantea a la crisis actual como universal, de la civilización, y no únicamente de los modos de producción.

  • Va más allá de Marx al negar la existencia de sociedades pre-capitalistas, al plantearlas como ‘modernidad realmente existente’ pero excluidas de la confirmación central industrial dominante. (p.399)

  • Se distancia de Weber al negar que las relaciones capitalistas de producción se hallan más cercanas a la ética protestante, discurriendo de las demás, viéndolas como subordinadas, y creando una jerarquización errónea.

Hacer la crítica al eurocentrismo sin pregonarlo a viva voz sino a través de conceptos filosóficos.

Echeverría busca filosóficamente “sentar las bases para una teoría materialista de la cultura. [con motivo en la praxis social] […] Aun si Echeverría intenta superar el universalismo abstracto al dar una concreción altamente diferenciada al concepto en cuestión, de todos modos sigue siendo filósofo y se limita a sentar las bases conceptuales para esa historia materialista de la cultura.” (p.392) “La investigación orientada a lo empírico e histórico la deja Echeverría en manos de otros autores.” (p.393)

Propone que los países de la periferia no deben encarrerarse hacia la modernización y que, una vez alcanzada, los problemas cesarán. Más bien, ya se encuentran dentro de la modernidad capitalista, pero en otra forma de esa modernidad: la de países subjuzgados. Para mantener a esas sociedades bajo la tranquilidad soportable del capitalismo, Echeverría propone los cuatro ethe, uno para cada tipo de conjunto social.


El ethos realista (Fascinación ingenua y militante en pro de la valorización del valor)

  • Se niega la existencia de una contradicción entre la necesaria producción de valores de uso y su destrucción ante la producción de valor.

  • Las relaciones materiales imperantes son tomadas con ‘gran estima’ por su eficacia y bondad así como por ser prácticamente las únicas posibles.

  • “Una primera manera de convertir en inmediato y espontáneo el hecho capitalista es la del comportamiento que se desenvuelve dentro de un actitud de identificación afirmativa y militante, con la pretensión de creatividad que tiene la acumulación del capita, con la pretensión de ésta no sólo de representar fielmente los intereses del proceso socio-natural de reproducción sino de estar al servicio de la potenciación cuantitativa y cualitativa del mismo.” (p.411)


El ethos romántico (El valor de uso es enaltecido y, al hacerlo, se pasa por alto que el favorecido no es él, sino el valor)

  • Es la afirmación del valor de uso cuando es visto natural dentro de una valorización en el ‘espíritu de empresa’.

  • En oposición al ethos realista pero siempre negando la separación de valor de uso y producción de valor, el valor de uso es puesto en el estrado a diferencia de la producción de valor, sin embargo, es en verdad al segundo a quien se admira al negar su exaltación y viendo como deseable los modos de producción del valor de uso: los métodos de inversión, el arriesgue de capital y los modos de consumo.

  • “La ‘vida’ del capital es concebida como una gran aventura, los capitalistas son transformados de simples administradores en los verdaderos héroes.” (p.413) Los capitalistas se vuelven ‘empresarios’, como algo aventurero


El ethos clásico (Se cumple ‘trágicamente’ la marcha capitalista del mundo; cínicamente, el valor de uso es sacrificado al valor)

  • Se acepta la diferencia entre valor de uso y producción de valor.

  • Lo establecido es intransformable por lo que se sigue ‘trágicamente’ el proceso capitalista.

  • Lo existente no es glorificado, sus errores se dan a notar, pero una rebelión contra ello es insensata.


El ethos barroco

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13/8/10

La filosofía de la praxis de Sánchez Vázquez

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Notas del libro:
Stefan Gandler (2007), Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría, FCE, México
Capítulo 1


I. Sobre Sánchez Vázquez: praxis y conocimiento

La praxis es la actividad conciente objetiva en su más amplio sentido. Es la ‘acción’ reflexionada con un sentido en sí misma. “Actividad orientada a la transformación de un objeto (naturaleza o sociedad) como fin, trazado por la subjetividad consciente y actuante de los hombres” (p.157). Para que se dé la praxis debe existir la unión de la actividad objetiva (con fin en sí misma) y la actividad revolucionaria (crítico-práctica para transformar un objeto). Es “por consiguiente, actividad –en unidad indisoluble- objetiva y subjetiva a la vez […] lo determinante de este proceso es la unidad de ambos momentos” (p.157-158).

Marx critica cada momento por separado: lo material objetivo de Feuerbach y lo idealista subjetivo del socialismo precedente.

La conciencia cotidiana de la praxis, según S.V., debe ser superada hacia una conciencia filosófica del término ya que, sin ello, los mitos que se generan alrededor de los procesos revolucionarios o sociales cualesquiera mantendrán una posición inmediata, natural ordinaria de la praxis (entendida como el mejoramiento continuo de la sociedad, como proceso dialéctico que se debe generar constantemente con la crítica). Esta es la crítica fundamental (y uno de los presupuestos teórico del marxismo crítico universal latinoamericano para mi tesis: la praxis marxiana de S.V. y Rev. Para crear el pensamiento dual) hacia los pensadores en Latinoamérica que tenían supuestos sistemas filosóficos para definir al hombre de la región y lo único que lograban era definir algunas de sus cualidad subjetivas limitantes. Se debe buscar una praxis con conciencia filosófica acerca del mundo global en el que vivimos: la creación de sistemas filosóficos como aquellos que se intentaron pero llevados de la mano del acto, de la acción hacia la separación cultural del imperialismo europeo y estadounidense. La conciencia revolucionaria debe impregnar cada escrito: el compromiso social de Revueltas. La praxis de S.V. ayuda a postular ese tipo de filosofía cultural dual: teoría y acción.

El desarrollo de la conciencia filosófica de la praxis parte de esa misma conciencia cotidiana (p.163) (así, los estudios culturales, de acuerdo a lo propuesto por Dussel se involucran para explicar el método para lograrlo).


Sobre las Tesis de Feuerbach

“Marx formula en sus Tesis sobre Feuerbach una concepción de la objetividad, fundada en la praxis, y define su filosofía como la filosofía de la transformación del mundo.” (p.198)

“La praxis humana es fundamento, base del conocimiento, puesto que primero ha creado los objetos que se van a reconocer (al contrario del materialismo tradicional), pero no es asunto aislado del espíritu, pues con intervenciones materiales crea una realidad objetiva, real, sensorial (al contrario del idealismo).” (p.205)

“En la praxis, el ser humano está obligado a demostrar la verdad de su razonamiento […] Debe demostrarla allí, pero eso no significa que el éxito constituya la verdad ni que la praxis confirme automáticamente, por decirlo así, la verdad de una teoría aplicada con éxito […] si una teoría ha podido ser aplicada con éxito es porque era verdadera, y no al revés (verdadera porque ha sido aplicada eficazmente). El éxito de una praxis no debe, pues, equipararse a la verdad de las teorías que le sirven de base.” (p.210)

Del por qué la transformación del ser humano debe venir de la praxis revolucionaria y no de la mera vía pedagógica:

  1. “Las circunstancias que, sin duda, influyen en el ser humano son manejadas como instancias externas e inmutables” (p.215). Esto cuando en verdad han sido expresión de sí y resultado de una situación social, producto de la praxis del ser humano y sujetas a transformación continua, cuestión que es ignorada al presentar las circunstancias estudiadas como ‘cosas objetivas’, intransformables, intactas al oleaje de la historia. Los productos de la mente y de la mano humana son presentados como productos autónomos que se relacionan con nosotros externamente.

  2. El educador debe ser también educado; idea contraria proveniente de la Ilustración burguesa francesa en la que son ellos la única fuerza impulsora del desarrollo histórico, el cual es innecesario ya transformar. Marx: debe ser “una praxis incesante, continua, en la que se transforman tanto el objeto como el sujeto.” (p.216)

  3. “El cambio de las circunstancias no puede separarse del cambio del hombre, de la misma manera que los cambios operan en él –al elevar su conciencia- no pueden separarse del cambio de las circunstancias. Pero esta unidad entre circunstancias y actividad humana, o entre transformación de las primeras y autotransformación del hombre, sólo se opera en y por la práctica revolucionaria.” (p.217, cita 238) Con ello, rechaza al utopismo de la educación sola y al determinismo que el solo cambio de las condiciones de vida exaltará al hombre.

Versiones de la Tesis XI

De Wenceslao Roces sin criticar a la filosofía anterior a Marx:

Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo.

De Federico Engels para separar en antítesis las dos filosofías:

Los filósofos solamente han interpretado el mundo de diversas maneras; pero de lo que se trata es de transformarlo.

Así, S.V. “rechaza la teoría [filosofía de la praxis] que, aislada de la praxis, como mera interpretación, está al servicio de la aceptación del mundo” (p.220) y que mantiene con ella la explotación del hombre por el hombre.

Críticas al conocimiento y la praxis del marxismo

  • “Cuando el ser humano ve la necesidad de desarrollar nuevas formas de praxis transformadoras y carece del instrumento teórico para ello, surge la situación peculiar de que la teoría necesaria es determinada por una praxis de la que aún no puede nutrirse en absoluto.” (p.230) Así, la praxis determinaría a la teoría erróneamente ya que la forzaría en una realidad que todavía no deconstruye.

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12/8/10

Inteligencia yanqui en América Latina


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La CIA conocía los planes terroristas para atacar brigadas humanitarias de Cuba y Venezuela

Jean-Guy Allard
Rebelión


El agente de la CIA Istvan Belovai, quien asesoraba la conspiración del paramilitar Eduardo Rosza para asesinar a Evo Morales, en abril del 2009, estaba informado además de planes asesinos del mercenario para provocar atentados contra brigadas humanitarias de médicos cubanos y de ingenieros venezolanos que desarrollan obras comunitarias en los municipios más pobres del oriente boliviano.

Lo confirma la correspondencia electrónica entre Rosza y Belovai, que es estudiada meticulosamente desde su descubrimiento, por el centro de investigación boliviano Datos & Análisis, de Cochabamba, dirigido por el conocido antropólogo y comunicador Wilson García Mérida.

“Rosza le propone a Belovai atacar blancos precisos mediante sendos atentados que ya se planifican entre ambos mediante estos e-mails”, explica el investigador.

“Se habla de hacer explotar el puente Pailón —el más grande de Bolivia, de más de un kilómetro, que había sido inaugurado por Evo Morales en una zona azucarera de Santa Cruz— así como los puntos minuciosamente identificados —mediante mapas del Google— donde operan las brigadas de ingenieros militares venezolanos de los comandos binacionales que apoyan con obras comunitarias en los municipios rurales más pobres del oriente amazónico, junto a las brigadas de médicos cubanos que se desplazan en las mismas zonas”.

El ex oficial húngaro de inteligencia Istvan Belovai, quien sirvió de enlace entre el húngaro-croata Eduardo Rosza Flores, jefe del grupo paramilitar encargado del magnicidio, y la inteligencia norteamericana, falleció el 6 de noviembre, en Denver, Estados Unidos, donde radicaba desde su salida apresurada de su país en 1990.

Las circunstancias de la muerte de Belovai, quien orientaba a los conspiradores, siguen en el misterio.

A mediados de los años 80, el entonces teniente coronel Istvan Belovai (el agente “Escorpión-B”) de los servicios de inteligencia militar de Hungría hizo los titulares por haber filtrado a la CIA los nombres de oficiales norteamericanos que informaban a la inteligencia húngara. En los años 90, Belovai emigró a Estados Unidos y se incorporó a la CIA.

El fallecimiento de Belovai ocurrió justo cuando en Bolivia se revisaba minuciosamente el contenido de una de las computadoras laptops de Rosza Flores. En una carpeta de archivos llamada Bel - Norte, los peritos bolivianos encontraron varios correos electrónicos que Rosza Flores intercambió con el agente Belovai.

DETRÁS DE ACHÁ, EL CUBANOAMERICANO VALLADRES

En esa correspondencia entre el terrorista y el espía de origen húngaro, se hace referencia al representante de la Human Rigths Foundation en Bolivia, Hugo Achá Melgar, quien hoy se halla prófugo en Estados Unidos tras haber sido denunciado por la policía boliviana como uno de los principales financistas de la guerra terrorista que se quiso armar en Bolivia.

Achá Melgar estaba entonces en contacto constante con quien dirigía desde Nueva York las actividades de esta fundación fachada de la CIA, el terrorista cubanoamericano Armando Valladares.

“La relación entre Hugo Achá Melgar y Valladares es directa, pues este abogado se jactaba públicamente de ello —era co-conductor de un programa de televisión muy visto en Santa Cruz, donde solía referirse a Valladares como su "dilecto amigo personal". De hecho a partir del nexo directo entre Achá Melgar y Valladares se produjo la llegada de ‘observadores internacionales’ (agentes anti-castristas) a Santa cruz durante el referéndum de enero 2009 y por lo visto entre esos ‘observadores’ estuvo también Belovai”, explica Wilson García Mérida.

Valladares, el terrorista de origen cubano arrestado en La Habana con Carlos Alberto Montaner en diciembre de 1960 mientras dirigían atentados en las tiendas y cines de la capital, por cuenta de la CIA, manejaba su organización subversiva desde el propio Empire Stae Building, de Nueva York, sin la menor interferencia del FBI. Poco después de los eventos de Santa Cruz, Valladares renunció a la presidencia de esa organización fachada conocida por sus campañas injerencistas contra Bolivia, Ecuador y Venezuela.

Entre octubre y noviembre del 2008, cuando ocurre la citada correspondencia, Rosza Flores “había comenzado a tomar distancia de sus padrinos separatistas de la oligarquía cruceña debido a que éstos se negaron a entregarle los ingentes recursos financieros que exigía para comprar armas de destrucción masiva como misiles y tanques”, y buscó entonces el contacto directo con la CIA y su apoyo financiero a través de Belovai y Valladares.

El objetivo del complot desarticulado el 16 de abril de 2009 en el Hotel Las Américas de Santa Cruz planeaba asesinar al presidente Evo Morales, a su vice Alvaro García Linera y al ministro de Gobierno, Juan Ramón Quintana.

TODOS REFUGIADOS EN EN ESTADOS UNIDOS

Entre los cabecillas del Consejo Supremo que dirigió la conspiración para asesinar a Evo Morales se encontraba un influyente empresario de Santa Cruz, Branko Marinkovic, croata de origen.

Marinkovic se fugó de Bolivia al ser denunciado por la Fiscalía y encontró refugio en territorio de Estados Unidos.

Tras la desarticulación del comando, el gerente del Centro de Arbitraje y Conciliación de Santa Cruz, Alejandro Melgar Pereira, cómplice del complot, huyó de inmediato de Bolivia a Estados Unidos.

También se comprobó que Rosza Flores estuvo en contacto con UnoAmérica, organización fascista de América Latina encabezada por Alejandro Peña Esclusa, que luego apareció al lado de los golpistas hondureños.

Peña Esclusa tiene múltiples vínculos con la mafia cubanoamericana de Miami y dispone en esta ciudad de dos grupos antichavistas afiliados a su organización.
Peña Esclusa fue detenido el 5 de julio último por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), tras un operativo realizado en su residencia de Caracas. Se le decomisó entonces un kilogramo de explosivo C4 y 100 detonadores.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

11/8/10

Notas a 'Mito y realidad' de M. Eliade

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Eliade, Mircea (2003), Mito y realidad, Barcelona, Kairos [1962]



El mito tiene vida en las sociedades, en el sentido de proporcionar modelos a la conducta humana y conferir por eso mismo significación y valor a la existencia.

El mito es una realidad cultural extremadamente compleja que puede abordarse e interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias.” (p.13)

El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los ‘comienzos’. Dicho de otro modo, el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los seres sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la realidad total, el cosmos, o solamente un fragmento: una isla, especie vegetal, un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una ‘creación’: se narra cómo algo ha sido producido, a comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha sucedido realmente, de lo que se ha manifestado plenamente.” (pp.13-14)

Los mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad… en suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado en el mundo.” (p.14)

“…la función principal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas” (pp.14-15)


se distinguen los mitos de las fábulas o cuentos que son historias falsas.

“… los mitos relatan no sólo el origen del mundo… y del hombre, sino también todos los acontecimientos primordiales a consecuencia de los cuales el hombre ha llegado a ser lo que es hoy, es decir, un ser mortal, sexuado, organizado en sociedad, obligado a trabajar para vivir, y que trabaja según ciertas reglas…y el hombre, tal como es hoy, es el resultado directo de estos acontecimientos míticos, está constituido por estos acontecimientos.” (p.18)

“…así como el hombre moderno se estima constituido por la Historia, el hombre de las sociedades arcaicas se declara como el resultado de cierto número de acontecimientos míticos.” (p.19)

“…conocer el origen de un objeto… equivale a adquirir sobre ellos un poder mágico, gracias al cual se logra dominarlos, multiplicarlos o reproducirlos a voluntad.” (p.22)

“…no basta conocer el mito de origen, hay que recitarlo; se proclama de alguna manera su conocimiento, se muestra. Pero esto no es todo; al recitar o al celebrar el mito de origen, se deja uno impregnar de la atmósfera sagrada en la que se desarrollaron esos acontecimientos milagrosos… Al recitar los mitos se reintegra este tiempo fabuloso y, por consiguiente, se hace uno de alguna manera ‘contemporáneo’ de los acontecimientos evocados, se comparte la presencia de los dioses o de los héroes.” (p.24)

[Según Eliade esto es para las sociedades arcaicas]

Estructura de los mitos: 1) historia de los actos de los seres sobrenaturales; 2) es verdadera y sagrada; 3) refiere a una creación: cuenta cómo algo llega a la existencia; se constituyen en paradigmas de todo acto humano significativo; 4) al conocer el mito se conoce el origen de las cosas: se dominan y manipulan; es el conocimiento que se vive de forma ritual; 5) se vive el mito dominado por potencia sagrada que lo exalta y al rito.

Los mitos de origen son equiparables al mito cosmogónico. Al ser la creación del mundo la creación por excelencia, la cosmogonía pasa a ser el modelo ejemplar para toda especie de creación… Todo mito de origen narra y justifica una ‘situación nueva’ –nueva en el sentido de que no estaba desde el principio del mundo-. Los mitos de origen prolongan y completan el mito cosmogónico: cuentan cómo el mundo ha sido modificado, enriquecido o empobrecido” (p.29)

Hay que contar el origen del remedio, sino no se puede hablar de él.” (p.35)

La cosmogonía constituye el modelo ejemplar de toda situación creadora; todo lo que hace el hombre, repite en cierta manera el ‘hecho’ por excelencia, el gesto arquetípico del dios creador: la creación del mundo.” (p.38)

La idea implícita de esta creencia es que es la primera manifestación de una cosa la que es significativa y válida, y no sus sucesivas epifanías. De un modo parecido, no es lo que han hecho el padre o el abuelo lo que se enseña al niño, sino lo que hicieron por primera vez los antepasados, en los tiempos míticos” (p.40)

Cuando se trata de la función ritual de ciertos mitos de origen…, se tiene la impresión de que su ‘potencia’ les viene, en parte, del hecho de que contienen los rudimentos de una cosmogonía. Esta impresión la confirma el hecho de que, en ciertas culturas…, el mito cosmogónico es no sólo susceptible de tener un valor terapéutico intrínseco, sino que constituye también el modelo ejemplar de toda clase de ‘creación’ y de ‘hacer’. (p.43)

Y, como ya hemos visto y lo veremos aún mejor en lo que sigue, la recuperación del tiempo primordial, que es lo único capaz de asegurar la renovación total del cosmos, de la vida y de la sociedad, se obtiene ante todo por la reactualización del ‘comienzo absoluto’, es decir, la creación del mundo.” (p.43)

Los pueblos arcaicos piensan que el mundo debe ser renovado anualmente y que esta renovación se opera según un modelo: la cosmogonía o mito de origen, que desempeña el papel de un mito cosmogónico.” (p. 48)

Con esto, occidente ha eliminado la elipsis en el tiempo al ver la historia lineal, pero aún así, hay un mito de origen (que es el único origen aceptado) que radica en la Revolución francesa y la ilustración. Es un mito que se mantiene constante y que no necesita renovación porque al requerirla se aceptaría que solamente es un mito: una sacralización de los antepasados y sus actos.

Gracias a la cultura, un universo religioso desacralizado y una mitología desmitificada han formado y nutrido la civilización occidental, la única civilización que ha llegado a convertirse en ejemplar. Y en ello hay algo más que el triunfo del logos frente al mythos. Se trata de la victoria del libro sobre la tradición oral, del documento… sobre una experiencia vivida que no disponía más que de los medios de la expresión preliteraria. Un número considerable de textos escritos y de obras de arte antiguas se han perdido. Pero quedan las suficientes para reconstruir en sus líneas principales la admirable civilización mediterránea.” (p.151)

Los mitos griegos ‘clásicos’ representan ya el triunfo de la obra literaria sobre la creencia religiosa. No disponemos de ningún mito griego transmitido en su contexto cultural. Conocemos los mitos en el estado de ‘documentos’ literarios y artísticos, y no en cuanto fuentes y expresiones, de una experiencia religiosa solidaria de un rito” (p. 152)

Un pueblo desprovisto de esta clase de documentos es tenido como un pueblo sin historia.” (p.154)

Ciertos ‘comportamientos míticos’ perduran aún ante nuestros ojos. No se trata de ‘supervivencias’ de una mentalidad arcaica, sino que ciertos aspectos y funciones del pensamiento mítico son constitutivos del ser humano… Este prestigio del ‘origen’ ha perdurado en las sociedades europeas. Cuando se emprendía una innovación, ésta se concebía o se presentaba como un retorno al origen… En los albores del mundo moderno, el ‘origen’ gozaba de un prestigio casi mágico. Tener un ‘origen’ bien establecido significaba, en definitiva, prevalerse de un noble origen. «¡Nuestro origen está en Roma!», repetían con orgullo los intelectuales rumanos de los siglos xviii y xix. La conciencia de la descendencia latina se acompañaba, en ellos, de una especie de participación mística de la grandeza de Roma.” (p.174)

Se descubrirían comportamientos míticos en la obsesión del ‘éxito’, tan característica de la sociedad moderna, y que traduce el oscuro deseo de trascender los límites de la condición humana…” (p.178)


¿Qué es plusvalía?

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Fuente: tvpts.tv



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10/8/10

José Luis Romero, ideologías de América Latina

Romero, José Luis (1986), Situaciones e ideologías en América Latina, Buenos Aires, Sudamericana


pp. 199-202


  • Es, claramente, una propuesta anticolonialista de análisis histórico de las ideas. Propone finalmente el estudio a través de las ciudades.

  • En 1960 plantea que el binomio (prácticamente contradictorio) democracia-dictadura ha sido en América Latina comprendida como una analogía a lo normal-anormal. Así, como en la región han imperado las segundas durante algunas décadas, parece que la cultura se define al revés: lo anormal termina siendo lo normal, cosa que sucedió debido al ámbito político-económico.

  • A través de lo anterior, propone que las realidades políticas dejen de analizarse con el binomio normal-anormal (basado en lo político-económico) para lograr su comprensión a través de la presencia de elementos sociales y culturales profundos que son los que los determinan.

  • Las contradicciones no deben ser entendidas como algo ontológico de la cultura en América Latina sino a través de la combinación de elementos socioculturales.

  • Sin ebargo, el determinismo normal-anormal como Romero lo entiende (que es real) debe ser suplantado por un concepto de las relaciones metrópoli-colonia y luego a primer mundo-tercer mundo (tal vez a modernidad dominante-modernidad periférica de Echeverría). Esto debido a que lo anormal del subdesarrollo sucede por la dominación económica y política sí, pero también en gran parte por la cultural. [Para sustentar este argumento: utilizar a Althusser sobre la visión de Europa que se hace la que no hizo nada, como si en el momento de definición de las situaciones actuales no hubiera tenido nada que ver]. Debo destacar no la relación unilateral hacia América sino cómo, una vez existente ella, en nuestro continente se adopta sin contestación. ¿Cómo un agente externo se traduce a la interioridad de una cultura para aparentar formar parte constitutiva de la misma?

  • En 1960, Romero ataca a los intelectuales de la generación anterior (detallar si es su generación o la anterior), que en esa época seguían escribiendo para el imperialismo o para el gobierno de sus países: “La vida política Latinoamericana ha sido –y sigue siendo- agitada y dramática. Para juzgarla, parece haber predominado cierta gazmoñería que le ha asignado un ínfimo valor en la escala de los procesos políticos universales. Se supone que es el resultado de las pasiones tropicales o la ignorancia propia de los estratos ínfimos que ocupan la sentina de la sociedad. Y si quien juzga admira muy intensamente a los pueblos anglosajones –como acontece en sectores latinoamericanos aquejados de cierto complejo de inferioridad-, el juicio de valor se perfecciona con cierto matiz de fatalismo, porque, aunque no se afirma, se sobreentiende que las pasiones y la ignorancia no son factores accidentales sino sustanciales de los pueblos latinoamericanos. Pero toda esta gazmoñería es deleznable y los juicios que están impregnados de ello no resisten, ni merecen, la menor crítica.” (p. 203)


Acerca de cómo se importa y adopta la democracia, el sistema moderno de Estado y las estructuras capitalistas de producción en Latinoamérica:


  • Lo piensa equivalente a la recepción del derecho romano en la Edad Media o la cultura griega en Roma.

  • Es un fenómeno sociocultural de influencia filosófica o política pero no comprendido del todo, lo que lleva a su no fácil aceptación en un marco jurídico institucional al no ser elaborado dentro de esa misma sociedad.

  • La ‘adecuación inestable’ para Romero es en el ámbito político, dentro de un sistema político con una sociedad en específico para ese marco. [llevarlo al ámbito cultural-intelectual].

  • En Latinoamérica se cree que la democracia viene exclusivamente del Iluminismo del s. xviii. Esto sucede al no tener la experiencia de las luchas burguesas a fines de la edad media, quienes buscaban establecer un gobierno oligárquico pero legal –cosa que influencia desde un método político económico pero igual de potente- y, para lograrlo, dejan que ‘ciertos espíritus sutiles’ elaboraran la ideología de libertad para utilizarla después.

  • Con lo anterior, Romero quiere demostrar que el mal funcionamiento de la democracia en América Latina es por razones históricas: experiencia no vivida, y no por razones telúricas como dicen los intelectuales anteriores y contemporáneos a él. [encontrar qué elementos hacen del eurocentrismo inservible para el desarrollo intelectual en Latinoamérica. Utilizando, por un lado, razones históricas para demostrarlo].

  • Al importar un sistema político o cultural debe existir una serie de situaciones que permitan el funcionamiento y desarrollo del mismo sistema. Al importarlo de Europa, las situaciones objetivas no existen tal cual, por ello la disfuncionalidad.

  • Conclusión: para Romero lo normal en América Latina es lo inestable de la democracia por “la estructura social y dado el fenómeno sociocultural de la ‘recepción’ de la democracia”. Esto, bajo el orden institucional. [plantear que esto sucede por imperialismo, etc.]


Sobre necesidad de identidad:


  • La identidad y la necesidad de definirse surgen con las institucionalizaciones de las ideologías liberales en el s. xix: el poder en el Estado necesita de dichas definiciones. Desde Sarmiento hasta Mora caen en esa corriente para dar soberanía a los nacientes Estados. Es a través del progreso y libertad. Por el otro lado, los conservadores lo confrontan: Alamán, etc.


Ideologías en s. xix:


  • Contra el liberalismo y su cercanía con Europa y EU surge el arielismo. A su lado, Vasconcelos lo hace a través del llamado a la latinidad e hispanidad. En ese momento es que surge el término imperialismo: entendido como las políticas de los Estados capitalistas (EU especialmente) sobre América Latina desde que obtuvo su independencia.

  • Le adjudican al liberalismo el haberse vendido a ellos una vez eliminada la opresión de España y Portugal (p. 168). El liberalismo llegó a ser la doctrina económica de las oligarquías, vinculado al capital extranjero. Comienza así, el nacimiento del nacionalismo, que perduraría todo el s. xx (p. 169).

  • “Por eso se condenó también al liberalismo en el plano de la cultura. Más importante que las ideas elaboradas y sostenidas por las elites pareció la cultura popular, de raíz telúrica, elaborada en la tradición y manifestada emocionalmente en el folklore. Se consideró que la cultura universal era necesariamente, una cultura extraña, importada e impuesta coactivamente sobre el tejido de la auténtica y espontánea cultura popular.”

  • Surge una nueva definición de ‘lo nacional’, de las identidades de cada país: Vasconcelos; aprismo en Perú; Paz Estensoro en Bolivia. No socialistas pero con contenido social. –Para luego traer el populismo-.


Estudiar con detalle (p. 41):


  • “El análisis de las corrientes ideológicas en países de desarrollo autónomo, como el de los países europeos, ha creado un modelo de exposición que no puede utilizarse en el caso latinoamericano pero que, sin embargo, obra sobre cualquier intento que hagamos imponiéndonos su esquema y documentando nuestra impotencia.”


LA ÉTICA MARXISTA COMO CRITICA RADICAL DE LA ÉTICA BURGUESA

Un colectivo de personas me ha pedido que les envíe un antiguo texto sobre ética de muy difícil
acceso en la Red, por no decir imposible. Este colectivo reflexiona sobre cómo luchar contra la
creciente marea de irracionalismo y de fundamentalismo cristiano que, activada desde el poder
imperialista, busca derrotar definitivamente la conciencia crítica, sea atea o agnóstica, el
pensamiento democrático y revolucionario, y cualquier debate creativo que se base en los avances
prácticos del método científico-crítico. Aprovechando el desprestigio de la corrupta y podrida
Iglesia católica, la extrema derecha occidental no vaticanista pero sí fanáticamente cristiana,
multiplica los esfuerzos de todo tipo para volver al oscurantismo reaccionario, a partir del cual
justificar la prohibición de derechos elementales como son los del aborto, el divorcio, la sexualidad
libre, la educación crítica, el derecho a la libertad de pensar y de decir, etc.; es decir, derechos por
los que en su tiempo luchó una parte de la burguesía y que ahora esta clase odia a muerte.
Una reflexión más sistemática que va emergiendo del fondo de problema sostiene que, en realidad,
lo que hay que plantear abiertamente es la lucha por otra ética, o mejor, practicar otra ética, sin
olvidar las restantes luchas, pero sí conectándolas con la recuperación de una ética radicalmente
opuesta a la imperialista. Y es aquí donde algunos miembros de este colectivo se han acordado del
texto que ahora rescato de la represión contra la histórica Basque Red Net. Como algunos
recordamos, Basque Red Net fue la pág. Wed que más daño hacía a la dominación española sobre
Euskal Herria, tanto por la calidad de su estructura interna como la de sus aportes teóricos sobre la
lucha de liberación nacional de clase y de sexo-género del Pueblo Vasco, y sobre la lucha
revolucionaria mundial por el socialismo y el comunismo. Basque Red Net fue cerrada en marzo de
2004 por la represión internacional, inaugurando una dinámica ascendente que luego se ha
generalizado. Ahora, y gracias a los esfuerzos del grupo dinamizador de la Basque Red Net, la
familia Aiestaran-De la Cueva, los textos censurados empiezan a estar de nuevo a disposición
internacional.
Sin embargo, todavía no es fácil para algunos acceder al contenido completo, y el colectivo al que
me refiero es uno de ellos. El texto que se ofrece a continuación fue editado electrónicamente por
Basque Red Net a finales de septiembre de 2002, hace casi ocho años. En marzo de 2004 y de cara a
otro debate sobre ética, se añadió una breve presentación explicativa sobre el origen y la finalidad
del texto, y sobre las dificultades que habían impedido su terminación. Desde entonces ha
permanecido fuera de la Red, excepto en las últimas semanas gracias a la recuperación de Basque
Red Net.
Las páginas que siguen se escribieron en septiembre de 2002, justo un año después de los ataques
del 11 de septiembre de 2001 a algunos centros de poder material y simbólico del imperialismo
norteamericano. Al margen de que cada día que pasa aumentan las dudas razonables sobre la autoría
y la teledirección de los ataques, en el sentido de que se trató de otra práctica de provocación tan
frecuente en la historia de los servicios secretos yanquis para crear una legitimidad que avalase y
justificase atroces y desproporcionadas agresiones presentadas como “defensa justa”, al margen de
esto, lo que sí era cierto en el año transcurrido entre septiembre de 2001 y septiembre de 2002 fue el
del inicia de la “guerra contra el eje del mal” y, a la vez, el de la definitiva claudicación de la
intelectualidad “progresista” que se arrodilló cobarde y egoístamente a las exigencias del
imperialismo.
Sabemos que los planes estratégicos que se pusieron en marcha inmediatamente después del 11 de
septiembre estaban diseñados con bastante antelación, y que el clima de histeria y miedo social de
masas provocado artificialmente tras el 11-S fue activado según tácticas de guerra psicológica, de
manipulación psicopolítica y de marketing del miedo que se venían mejorando desde hace muchas
décadas. Sabemos que la islamofobia y el clima de “nueva cruzada” contra el infiel estaban siendo
activadas ya desde los gobiernos del presidente Reagan y de Bush, desde la década de 1980 en
adelante, sin que Clinton hiciera nada por detener la fanatización irracional del fundamentalismo
cristiano en ascenso en la cultura y política oficiales de los EEUU.
Sabemos que la máquina de la mentira, o sea, la industria político-mediática, creó de la nada y sin
base verídica ni contrastable alguna el cuento de que Irak era una amenaza mortal para la
humanidad ya que disponía de miles de armas de “destrucción masiva” que luego no han aparecido
por ninguna parte. Una institución dedicada a descubrir las mentiras de la prensa, había
contabilizado hasta comienzos de 2010 nada menos que 935 mentiras sobre Irak dichas por
individuos tan cristianos y tan rectos en su moralidad como el presidente Bush, el presidente Aznar,
y primer ministro británico T. Blair, y otras muchas personas e instituciones representativas de la
civilización occidental.
Según el catecismo católico, mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de
engañar. La intención de engañar es constante en la industria político-mediática, y la mentira es una
de las prácticas más comunes en la historia interna de las sectas cristianas y del cristianismo en su
conjunto. El cristianismo en sí es una mentira construida mediante la falsificación histórica. Pero
esta es la envoltura superficial del problema. La verdadera cuestión a debate no es otra que la
unidad y lucha de contrarios irreconciliables que se libra dentro mismo de los conceptos de
“verdad” y de “mentira” tomados en su vertiente ético-moral, normativa y valorativa. También
existe una unidad y lucha de contrarios entre la verdad y el error dentro del proceso de pensamiento
científico-crítico, pero es obvio que existe una diferencia cualitativa entre mentira y error que no
podemos exponer ahora. Lo que nos interesa decir es que las 935 mentiras sobre y contra Irak, así
como las miles de mentiras sobre y contra Cuba, la Venezuela bolivariana y un casi infinito etcétera,
estas mentiras no deben ser denunciadas solamente como parte de la política imperialista, que
también, sino a la vez como parte esencial de la ética burguesa.
Queremos decir que existe una continuidad de mentira entre la “verdad” económico-política del
imperialismo, la “verdad” de la ética burguesa y la “verdad” actuante en la conciencia alienada de
las masas explotadas occidentales que aplauden las atrocidades de sus ejércitos en medio mundo. Y
esta “verdad” es a la vez inseparable del criterio cristiano de “justicia”, “virtud”, “bondad”, etc., de
modo que existe una ideología totalitaria que encubre la mentira con la “verdad”, una parte de la
cual o toda ella ha sido revelada por dios, dicen. El ateísmo marxista, militante y radical, aparece
aquí como un componente consustancial a la verdad sociohistórica, pero no es este el sitio para
extendernos al respecto porque lo que ahora urge es decir que la ética marxista, atea, sostiene que la
verdad es revolucionaria porque también sostiene lo mismo la teoría marxista de la praxis y del
conocimiento. La verdad es revolucionaria porque saca a la luz las contradicciones irreconciliables,
porque es radical. Es por esto que la verdad es atea, materialista y dialéctica, aunque aparezca bajo
ropajes agnósticos y hasta idealistas.
En septiembre de 2002 el problema de la ética era especialmente grave ya que esos entes pasivos y
ególatras autodenominados “intelectuales progresistas” se habían plegado sin remordimiento alguno
a las histéricas exigencias del imperialismo. Poco después de redactar este escrito, y de la misma
forma en que Irak sufrió las mentiras y la “verdad” de la civilización del capital, Cuba padeció una
ofensiva propagandística salvaje que llegó a su cúlmen en 2003. La “intelectualidad progresista”
terminó de posicionarse activa o pasivamente al lado del imperialismo y en contra de la revolución,
en este caso de Cuba, pero también y por extensión en contra de la humanidad explotada. En el
Estado español el panorama era todavía peor. La mansedumbre, la docilidad y el servilismo de los
“intelectuales” ante las exigencias del poder, no tenía límite alguno.
Fue en estas condiciones en las que se escribió este texto hace casi ocho años. Pienso que ahora, tras
la crisis mundial desatada definitivamente en verano de 2007, es todavía más necesario que
entonces, y que acabarlo es aún más necesario, pero lo concluiré cuando disponga de más tiempo
para ordenar los borradores ya elaborados. Esta crisis está mostrando en su verdadero salvajismo
inhumano la esencia cruel de la ética burguesa, de la moral de los empresarios y de la gran banca,
de las sectas cristianas y del Vaticano, de civilización del capital en suma. Un ejemplo, las potencias
imperialistas y sus ideólogos se esfuerzan por aplastar la demanda mundial que exige que el agua
potable sea declarada “bien común de la humanidad”, y por tanto su uso sea un derecho humano
elemental. El imperialismo quiere y necesita que el agua potable sea convertida en otra mercancía
más, como el mineral de uranio o de litio, ambos vitales para sus ejércitos asesinos, o como las
patentes de medicamentos contra el virus de VIH y otras enfermedades contagiosas mortales,
recurriendo al supuesto derecho a la propiedad privada. El imperialismo quiere y necesita que las
gigantescas reservas de la biodiversidad de la Amazonía, Siberia, selvas asiáticas y africanas,
Antártida, etc., sean también declaradas “zonas libres para la explotación industrial”, es decir, zonas
privatizadas por el capitalismo que las abandonará una vez arruinadas y esquilmadas hasta la última
gota de sus recursos.
Esta exigencia imperialista no tiene únicamente un contenido económico y político, sino también
una innegable carga ética, normativa y cultural. La civilización del capital ha ido formando desde el
siglo XV una argumentación jurídica y ética según la cual los pueblos “atrasados” y “salvajes” no
tienen pleno derecho a los territorios que ocupan, o ningún derecho, porque no los utilizan
productivamente, no los emplean para la agricultura y la ganadería, o lo hacen mal debido a su
vagancia congénita. Según esta tesis fue el dios judeocristiano el que dijo “creced y multiplicaos, y
dominad la tierra”, mandato divino que es a la vez una exigencia ética y moral, religiosa. El ateísmo
burgués ya cedió a lo largo del siglo XIX ante esta justificación religiosa de las bestialidades del
capitalismo expansivo. Este mismo argumento, disfrazado de laicismo agnóstico y de “tarea
civilizadora” fue aceptado por amplios sectores de la socialdemocracia europea, de la II
Internacional, y del laborismo británico. Con la excusa de “civilizar” a los “salvajes” éstos han sido
exterminados, y los pocos que se salvaron fueron expropiados de todas sus tierras, riquezas y
recursos colectivos, comunales. Y lo mismo sucedió en las tierras europeas durante la acumulación
originaria del capital, y lo mismo está sucediendo en el presente. La ética burguesa justifica esta
atrocidad envolviéndola con la demagogia de la civilización y de los derechos burgueses, que sólo
son los de la burguesía. En realidad, el verdadero imperativo categórico kantiano no es otro que el
de “¡Producid, producid, malditos!”.
Por todo el mundo, la civilización del capital está lanzada al robo masivo e implacable, sin reparar
en medios exterminadores, de los bienes públicos, comunales y colectivos, sean materiales o
culturales, físicos o espirituales. El capital necesita abrir nuevas ramas productivas que compensen
la lenta acción corrosiva de la ley de la caída tendencial de la tasa media de beneficios, y la
burguesía quiere quedarse con todo, desde las tierras hasta los afectos, desde las profundidades
abisales hasta los espacios cósmicos. La expansión del capital financiero, verdadero tiburón
insaciable, acelera la lógica expropiadora y privatizadora. La ética burguesa es, por tanto, la ética de
la propiedad privada, mientras que la ética humana es la de la propiedad colectiva, común,
comunalista, la ética del comunismo.
Concluyendo, tras la relectura del texto de 2002 serían muchas las cosas que ahora cambiaría,
adaptaría y añadiría, pero debe leerse tal cual se redactó hace ocho años en su primera y única
redacción, que se ofrece ahora tal cual la editó Basque Red Net, excepto algunos retoques de forma.
EUSKAL HERRIA 25-VII-2010