10/12/15

Diez de diciembre


La bruma cae sobre la barranca. La llena de figuras imaginadas, de formas antropomorfas, de bestias desfiguradas. La siento en mis manos, humedecidas; partículas de viento y lluvia que inocentemente cubren mis dedos. La siento en mis mejillas, que cargan gotas de tormenta en la piel.

Así amanece. 06:59hs. El humo del café caliente corta la bruma por un instante y luego se disuelve en ella. No hace frío en el ambiente, el frío está dentro de mí. ¿Dónde estarás en esta mañana, exiliada del norte, krupskaia?

La pienso, no lo niego. La pienso cada día. Vida misteriosa y enriquecida, salvaguarda de las ilusiones y utopías. Vida que se respira entre bruma mientras el sol todavía no aparece. Rutina de despertar en los amaneceres y de dormir temprano en las noches. Aprovechar las horas de luz antes de que oscurezca a las 16:54 de la tarde.

Pulmones recargados de aire. Aire, que llena las libretas, que llena la constancia, que llena la entrega y el gusto por vivir; la energía de mis pies. Pulmones recargados de bruma, de esta mañana; extraña presencia.

Un baño caliente y salir a enfrentar esta bruma.

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