31/12/15


Afuera, noche. Adentro, día. Afuera, música. Adentro, tranquilidad.

Adentro, aquí, de esos 31 de diciembre que se pasan viendo películas bobas.
Mientras, allá afuera, concierto de cohetes, patrullas y rancherías.

Afuera y adentro, dos mundos.
Fin de año.

Anoche antes de dormir salí al patio. Y en el cielo despejado vi una estrella fugaz. Son de esos detalles insignificantes pero que calan en la sensibilidad, en esa parte de humildad que tenemos y que nos maravillan.

Pequeños. Insignificantes. Como dice la canción, la vida es un momento. Pienso en mi madre cuando escucho esto, de cómo le gustaban los pueblos mexicanos y sus tradiciones. Esas almas sensibles que se encomiendan a la magia. Saborear los detalles de la historia para vivir el presente y su dolor, esbozo del futuro, emancipación y fortaleza.





30/12/15


Caminar en los días y soñar en las noches. Qué existencia tan rara es esta vida. No la cambiaría por otra.
Lleno de nostalgia y de memoria. Mi entrega y pasión.

Qué noche.
Tranquila. Pensándola.

Apreciar cada instante de aquello, lo malo y lo bueno.

Ya tengo mis propuestas. Lista en verde.
Que la luna y los planetas den vuelta esta noche y todas las noches. Planeta.

Las mañanas cada vez son más frías. Ya no me levanto después del amanecer porque lo único que quiero es meterme de vuelta a la cama. Intento disfrutar lo más posible esos minutos antes de comenzar el día. Desayuno y escribo. Hace unos días me compré de fin de año un nuevo cuaderno y pluma. Caminé a la papelería donde atiende un señor con voz notoriamente grave. Es de esas papelerías donde todavía se consiguen monografías, bolas de unicel, pegamento blanco, papel para envolver regalos y lápices. Pero claro, ahora también hay tres computadoras para consultar internet e impresora.

Nunca he usado guantes para el frio. Nunca he tenido unos. Pero creo que ahora es el momento para hacerlo. Cuando oscurece, a mis dedos les cuesta mantener el calor y lo único que hago es jalar las mangas del suéter para cubrirlos. Si el sábado se pone, puedo ir al tianguis y buscar un par de guantes, de esos que dejan una parte de los dedos descubiertos. Y que no sean muy gruesos porque no estoy acostumbrado a tener cosas que cubran las manos.

Por lo menos cinco veces al día aquí afuera pasan unas pequeñas camionetas que venden tortillas y garrafones de agua. Lo sabes porque son acompañadas por un megáfono con música bastante aturdidora para que los clientes sepan que están ahí. Conforme los meses han pasado me doy cuenta de qué tan buena idea es esa. Yo todavía no les he comprado nada, pero sé que varios vecinos lo hacen porque cualquiera de las camionetas se queda estacionada aquí cerca, descargando el pedido, con la música a todo volumen. Después de cinco minutos de escucharla, uno ya se quiere morir. Pero lo que más me ha llamado la atención, es que sin importar si llueva poco o mucho, con el friazo que hace ahora o con el calorón de los meses de verano, las camionetas pasan y pasan. Hace tres días caía una tormenta y no declinan. Trabajar manejando alguna de esas camionetas ha de suponer un gran estrés.

29/12/15


Y de repente, todo fue silencio. No sé qué sucedió este día, porque han sido ya algunos meses sin saber de ella en los que he hecho lo mismo, mi rutina, pero algo sucedió este día que me he sentido repentinamente abandonado, como un pájaro que canta en solitario y que lo único que escucha es su eco, disipándose en el viento. En donde quiera que esté krupskaia, que sepa que existe ese canto y que sea feliz, que sonría.

28/12/15

La Mona


Llueve, llueve y no deja de llover. Ahora las nubes lo cubren todo, pero en la mañana temprano, mientras todavía había sol, decidí salir a visitar a La Mona, casa-escultura en las orillas de la colonia Libertad, que se mira desde mi barranca hacia la que está enfrente.

Barrio, villa miseria. Esta casa-escultura es algo que no había visto nunca. Empotrada entre casas, está en el centro de una curva en la pendiente de la avenida que va al aeropuerto. Primero la vi de frente, desde el acotamiento de la avenida; y después caminé entre el laberinto de calles encimadas de la barranca, para acercarme a sus espaldas.

Al parecer, esta escultura de la década de 1980 es habitacional y originalmente era toda blanca. Ahora tiene lo que han denominado como "el cuerpo tatuado". Surrealismo plástico puesto sobre surrealismo escultórico puesto sobre surrealismo barrial. Son tres dimensiones que me saltan de primera mirada. Desconozco su contexto, intención y función política, pero de manera inmediata genera esas emociones en tres dimensiones.

Carezco de los elementos suficientes para decir más.

Aquí una foto prestada de internet.

Exilio de Pizarnik



EXILIO

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en que vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

Alejandra Pizarnik, Las aventuras perdidas

L...
exiliado de ti.

27/12/15


La noche de domingo me acompaña, silenciosa y fría. Recorre el ambiente, entra por la puerta el aire que llena esta habitación. Deseo de un abrazo. Me conformo con un té que me calienta por dentro.

Hoy fui a un cementerio, Los Olivos. Tomé un camión a mediodía para ir a caminarlo. Me senté unas horas ahí, rodeado de viento, sol, pasto y de la sal de la tierra de esta ciudad umbral invisible. Me topé con Ricardo González, migrante asesinado por la fronteriza cuando intentaba regresar a su país. Me topé con Francisca Hernández, anciana nacida en 1911, indígena, que dio fortaleza a su familia ahora regada entre aquí y allá. Ahora sus recuerdos no están en las piedras con sus nombres sino en la memoria colectiva de resistencia.

Familias que este domingo van a hacer días de campo alrededor de sus desaparecidos. Llevan flores, comida, agua; se sientan en mantas y ahí conviven, a las faldas de un cerro habitado.

Eso somos, sal de la tierra. Y chispa que enciende.

26/12/15


El mercado hidalgo tiene alrededor de un siglo. Hoy me puse los zapatos de caminata y dos camisetas con una chamarra para el fuerte viento, metí algunas monedas y billetes en el bolsillo del pantalón, tomé mi mochila y encaminé mis pasos para visitar a sus verduras y frutas, sólo como dotación para alimentarme esta semana. Regresé al anochecer con menos de las que esperaba y agotado, pero eso sí, con ganas de dejarme crecer el bigote hasta las mejillas y calzarme un par de botas vaqueras.

El mercado está en una de las zonas más turísticas de acá, y se nota. Es una construcción del tamaño de una cuadra que rodea el patio que funciona como estacionamiento, en el centro, un pequeño quiosco que es una cafetería que emula a las yanquis (compas sentados con sus computadoras). A su alrededor están los puestos, todos los que conocemos de un mercado central tradicional. Destacan los hacedores de piñatas, con los materiales a la vista y docenas de diseños para complacer los caprichos de cualquier nene.

Cubetas de cajeta y jarabes desconocidos se alinean en uno de los pasillos. A tres puestos, redondos quesos cubren el mostrador, unos con cubierta amarilla estilo ranchera, los otros más frescos. Un viejo con guitarra toca alguna canción del norte.

Hay algo que todavía no logro asir en este lugar. Hay algo que me elude. No sé decirlo. No puedo negar que me genera algo de curiosidad, esta ciudad umbral invisible.

25/12/15


Emotivo día, apacible velocidad de respiración. Salir a caminar temprano en este viernes, ciudad vacía y cielo despejado. El mismo camino que recorro a la universidad que me aloja, pero ahora desierto. Sólo el viento como recordatorio de la intensa vida urbana. Brisa alta. Ejercicio.

¿Qué es lo que las ciudades tienen en las mañanas siguientes a fechas como la de ayer? Cierto tipo de resplandor de ciclo. Aunque concepción plenamente humana, el tiempo se representa en las estaciones. Y días como hoy son de esos en que se siente esa transferencia. Pies ligeros, nubes que vuelan sin detenerse, las cortinas de los comercios cerradas a horas improbables, horas extra de trabajo asalariado sin pago.

Anoche, después de cenar un par de tamales, salí a fumar tranquilo en el patio y la calle tenía mucha vida por la luna que hacía un espejo de luz en el piso mojado. Al parecer, el tamal es la comida predilecta de estos pagos; largas filas se hicieron durante la tarde previa en las tortillerías de la colonia. Alcancé dos. Lo logré en la tortillería de la esquina donde la calle alta parece que vuela hacia la ciudad. Una calle que termina directamente en una barranca. Me ofrecieron la masa para hacerlos, pero todavía no cuento con ese conocimiento centenario.

Con tenue luz me puse después a leer. Luz y libros. Manta y serenidad.


21/12/15

Autobiografía Trotsky



Capítulo 3


...que tiemble la clase gobernante ante la posibilidad de una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder con ella, salvo sus cadenas...




Capítulo 2






19/12/15

Maroma y teatro


Maravillosa música mixteca. Evocadora de tantas imágenes contestatarias.
Es en lo que la música de denuncia se ha convertido hoy en día.
Total apoyo.






18/12/15

La enamorada de Pizarnik


 LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada, ¿adónde vas?

Alejandra Pizarnik, La última inocencia

Capítulo cero





Las cifras de Bartolomé de Las Casas


El imaginario que la Europa renacentista tenía de la España conquistadora como la “leyenda negra” no es sólo una leyenda. Demasiados son los documentos que se han ido encontrando que narran la barbarie de los peninsulares sobre los pueblos originarios y negros. Una vez pasada la “celebración” de los quinientos años de la llegada de Colón a América, es momento de que los descendientes ameri-europeos comiencen a matizar lo que sucedió en los siglos de gestación de sus naciones; comprender que los hechos históricos no son maniqueos, como lo reflejó la controversia alrededor de los nativos mexicanos: una, de los indios malvados descritos por Juan Ginés de Sepúlveda; la otra, los indios buenos e inocentes de Bartolomé de las Casas. [1] Así, con más de quinientos años de genocidios, se debe regresar a documentos, como lo es la Brevísima relación de la destruición de las Indias, para seguir luchando.
La conquista fue justificada en el discurso por la colonización religiosa. Cuando el dilema de otorgarle a los indios del nuevo continente alma o no llega a España y posteriormente a Roma, se crean institutos religiosos. Las sociedades europeas determinaron que los nativos americanos eran incapaces de gobernarse, primer paso para pensar que no tuvieran alma. No es hasta dos décadas después de haberse descubierto el nuevo continente que se les “otorgó” la posibilidad de tenerlas. [2]
Fray Bartolomé de las Casas, en su obra Brevísima relación de la destruición de las Indias, narra cómo los conquistadores españoles asolaron las regiones del continente americano. Es en verdad un documento contestatario, que buscaba la condescendencia del rey español para con los indígenas. Las Casas, siendo un fraile franciscano, narra en primera persona los acontecimientos con los que se enfrenta durante su estancia en “las Indias”. Al vocabulario abigarrado de Las Casas se le une la argumentación de la defensa de los indios:
Considerando, pues, yo […], los males y daños, perdición y facturas […] de aquellos tantos y tan grandes y tales reinos, y por mejor decir que aquel vastísimo y nuevo mundo de las Indias […] que constándole a Vuestra Alteza, no podría contenerse de suplicar a su Majestad con instancia importuna que no conceda ni permita las que los tiranos inventaron, prosiguieron y han cometido que llaman conquistas […]; con eficacia suplicar y persuadir a Su Majestad que deniegue a quien las pidiere tan nocivas y detestables empresas, antes ponga en esta demanda infernal perpetuo silencio […]. [3]
El valor histórico de este documento es incalculable. Aunque actualmente se conoce que, en efecto, poblaciones enteras de las islas caribeñas fueron desoladas, la labor de conquista fue mucho más que un genocidio sistemático. Así, se pueden sacar cifras de Las Casas.
El cuadro debajo muestra que, de acuerdo con Las Casas, el genocidio de la conquista fue de 18 millones 854 mil pobladores originarios (sin contar la cifra negra, la desconocida). Es un número sin equivalentes históricos anteriores ni posteriores, triplica al del holocausto nazi, que las cifras oficiales rondan los 6 millones de muertos. Y si tomamos en cuenta que la conquista fue un genocidio que no utilizó la racionalidad instrumentista (como sí lo hicieron los nazis), junto a que a los pobladores originarios se les consideraba seres sin alma, se entiende que los números de la violencia, la barbarie, el sadismo y el sufrimiento son incalculables.
Si tomamos en cuenta que solamente en la ciudad de Tenochtitlán habitaban alrededor de 200 000 personas, estamos hablando de números que equivaldrían a la destrucción de esta ciudad unas 90 veces. Esto deja perplejo al lector pero la situación es más profunda: este primer “encuentro” con el otro trajo consigo consecuencias que apenas hasta ahora se comienzan a trazar a través de la recuperación de la memoria latinoamericana de lucha. Limpiezas étnicas y clasistas que continúan hasta hoy. Y que, no olvidemos, propició la acumulación originaria que engendró al capitalismo: la conquista de América es su marca de nacimiento.





EL GENOCIDIO DE LOS PRIMEROS AÑOS DE LA CONQUISTA,
SEGÚN DATOS DE LAS CASAS.
REGIÓN
CONQUISTADORES [4]
TIPO DE MUERTE
NÚMERO DE MUERTOS [5]
PARTICULARIDADES
Isla Española
Nicolás de Ovando, Capitán Francisco Roldán, Capitán Alonso de Hojeda
Mujeres desbarrigadas
-
Matanzas y “crueldades”

Mujeres y niños con espada
Cortan cabeza
Cuchillo abre hombres
Sobrevivientes [6]
Descubren entrañas
Cortan manos
Bebés muertos por no tener leche las madres
Esclavitud

Niños enlazados en ancas de caballo, cortaban sus miembros [7]
Matan jefes y nobles [8]
Les ponían paja y quemaban
Despoblación

Violaciones
300 quemados en casa de paja
Quitan niños de las tetas y avientan a peñones o ríos
Muertos como corderos

Ahorcados de 13 en 13 [9]
Los quemaban
Islas San Juan y Jamaica
Juan de Esquivel, Juan Ponce de León [10]
Ellos matando, quemando, asando y echando a los perros bravos.
-
Sobrevivientes: puestos a trabajar y murieron
Cuba
Diego Velásquez, Pánfilo de Narváez
3,000 muertos después de una comida, Las Casas presente
10,200
p.92
200 ahorcados juntos [11]
7,000 niños muertos de hambre
Tierra Firme [12]
Pedrarias Dávila [13], Fray Juan Cabedo “Quevedo”, Hojeda, Nicuesa,  Francisco de Saint Román
40,000 con espadas, quemándolos y con perros, los vio Las Casas
800,000
Herraban como esclavos
80 mujeres muertas juntas
Nobles y jefes [14]
Durmiendo prendían fuego a la población
Nicaragua
- Pedrarias Dávila
50 españoles a caballo alanceaban a todo un pueblo
2 cuentos [15]

Trabajo encadenado [16]
20 o 30 mil muertos de hambre
500,000 vendidos como esclavos
500,000 muertos en campos y minas
Nueva España [17]
- Francisco Hernández de Córdoba, Grijalva, Cortés, Pánfilo de Narváez, Pedro de Alvarado, Cristóbal de Olid, Francisco de Las Casas, Gil González Dávila
6,000 en Cholula, estaban en cuclillas y acorralados [18]

2 cuentos
En 12 años mataron todo en un espacio donde España cabría 5 veces; eran tierras más pobladas que Sevilla, Barcelona, Toledo, Zaragoza y Valladolid juntas.
100 jefes quemados y empalados

2,000 en el Templo Mayor
Guatimala
Gonzalo Gómez, Jorge de Alvarado [19]
Indígenas construyeron hoyos con estacas y cayeron dos caballos, los españoles hicieron lo mismo y aventaban a las mujeres con sus bebés
4 o 5 cuentos
Desolaron pueblos

30 mil esclavos muertos
Obligaban al canibalismo al matarlos de hambre
Pánuco y Jalisco
Nuño de Guzmán, Paredes, Matienzo y Delgadillo, Francisco Maldonado
8,000 muertos en huertas
32,500
Cambiaban una yegua por 80 indios
De 20,000 volvieron 200
Niños los aventaban al suelo
4,500 herrados por un solo hombre
Cortaban pies, manos, cabezas y lenguas
Yucatán
Francisco de Montejo, Juan García, Antonio de Mendoza
Una madre al ver que los perros la alcanzaban y a su hijo, decidió colgarse, no lo hizo a tiempo y los perros devoraron a su hijo, no sin antes ser bautizado por un fraile
-
Como no había oro, los mandaban de esclavos a otras partes
100 doncellas por una arroba [20] de vino o aceite; 100 hombres por un caballo
Sancta Marta
Pedro Fernández de Lugo, Alonso Luis de Lugo, Hojeda, Nicuesa, Pedrarias, García de Lerma [21]
Esclavos mueren por el trabajo [22]
-

Cartagena [23]
Juan de la Cosa, Cristóbal Guerra
Hojeda, Nicuesa…

-

Trinidad
Juan Bono, Cisneros
Traicionan y queman en chozas
-
Esclavitud: los subían a los barcos, los indios curiosos entraban sin temer y zarpaban sin más; eran llevados a la Española.
Los hacían bucear buscando perlas, muchos no sabían nadar y se ahogaban, otros morían por hipotermia, y los demás eran devorados por ‘bestias’.
Río Yuyapari, Venezuela
Ambrosio, Alfinger, Jorge Spira (Spier), Nicolás Federmann
Despoblaron 400 leguas
4 o 5 cuentos
Llegan banqueros alemanes [24]
1 cuento vendidos
Los metían en casas de paja y los destrozaban
Florida
Ponce de León, Pineda, Narváez, Vázquez de Ayllon, Hernando de Soto
600 en un pueblo
800
Trabajos como a bestias
200 en fila cortaban desde nariz hasta barbilla y los ponían a trabajar
Río de Plata
Díaz de Solías, Sebastián Caboto, Pedro de Mendoza, Martínez de Ívalo, Juan de Ayoles, Cabeza de Vaca
5,000 en un pueblo
5,000
Despoblado [25]
Perú
Francisco Pizarro
Comían los españoles y luego lanceaban a todos
4 cuentos

Hogueras de bebés
Nueva Granada
Jiménez de Quesada, Federman, Sebastián de Belatazar, Pedro Lobo [26]
500 cabezas cortadas en una noche
5,500
Cortaban manos y narices

5,000 muertos en un peñon; ante eso, 700 mejor se dejaron caer
40 brazos de hombres y mujeres cortados y colgados para aterrorizar
Cada perro comía de 15 a 20 indios en las cacerías
TOTAL

18,854,000 [27]








NOTAS



[1] ANAYA FERREIRA, Nair María (2001), La otredad del mestizaje: América Latina en la literatura inglesa. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 381pp.
[2] Ídem.
[3] DE LAS CASAS, Bartolomé (2003), Brevísima relación de la destruición de las Indias. Cátedra, Letras Hispánicas, treceava edición, Madrid.
[6] Otros no identificados por región: Juan de Ampudia, Alonso Sánchez Nuita, Pedro Solano de Quiñones, Antonio Redondo, Marcos Márquez, Francisco García Pobar, Martín de Aguirre, Lope de Aguirre. Sobre este último existe una película alemana del director Werner Herzog titulada: “Aguirre: la ira de Dios” (1979)
[7] En algunas regiones no determina el número de muertos, pero la narración nos da una aproximación.
[8] Repartidos y puestos a trabajar casi sin comida, morían en las minas y los campos
[9] “por otras nuevas y diversas maneras”
[10] Quemaban poco a poco, si gritaban los ahogaban y los empalaban
[11] Uno por cada apóstol y por Cristo
[12] en Puerto Rico
[13] Las Casas vio cómo 200 pobladores preferían ahorcarse entre ellos y a sus niños a caer presos bajo los españoles
[14] Costa norte de América del Sur
[15] Las Casas lo hace notar: “excedió a todos los otros antes que él”
[16] “prendieron al dicho señor y átanlo a un palo sentado en el suelo, y estendidos los pies pónenle fuego a ellos porque diese más oro […] tuvieronlo de aquella manera hasta que los tuétanos le salieron por las plantas y así murió.” (LAS CASAS, op. cit. p.98)
[17] 1 cuento: 1 millón
[18] De 4,000 regresaban 6, les cortaban las cabezas a los cansados para no tener que desencadenarlos
[19]“todo lo dicho no es comparación con esto” (LAS CASAS, op. cit. p. 104)
[20] Los sobrevivientes salían de entre los muertos pidiendo misericordia y los mataban ‘de nuevo’
[21] Destruyó 800 pueblos en Pánuco y Jalisco
[22] barril
[23] Todos ellos excedieron a los anteriores.
[24] “Suelen decir los indios en aquella tierra, cuando […] caen y desmayan de flaqueza y trabajo: […] ” (LAS CASAS, op. cit. p. 136)
[25] Las Casas prefiere no referirse a esta zona de tan “feo” que estuvo. Literariamente, refleja que no tuvo la suficiente información como para completarlo.
[26] “Mandó el tirano alemán gobernador […] que prendiesen a todos los indios y métenlos en un corral […] hízoles saber que el que quisiese salir y ser libre, dando oro por sí y tanto por su mujer y cada hijo. […] Mandó que no les metiesen ninguna comida; unos iban y otros no podían ni tenían tanto, porque lo habían dado todo el oro que poseían, los dejó en el corral perecer hasta que murieron de hambre.” (LAS CASAS, op. cit. p. 150) Esto, probado por el Consejo de Indias.
[27] Decían los indios: “Venimos a serviros de paz y matáisnos; nuestra sangre quede por estas paredes en testimonio de nuestra injusta muerte y vuestra crueldad” (LAS CASAS, op. cit. p. 157)
[28] Tenía 150 mujeres
[29] Número sumado de las cuentas de Las Casas, sin tomar las regiones donde no hay cifras.
[30] PASTOR, op. cit.