29/4/20

Lo que tanto se han esforzado por negar los epígonos burgueses, hoy es más visible que nunca: la divinidad de la modernidad, el capital y su sistema que esclaviza al 80 por ciento de la población mundial, es perenne.

Las mentadas libertades individuales de occidente, que se resumen en el consumo, se han visto trastocadas. Han perdido su falaz universalidad.

Hoy, renacen las utopías; la vida más allá del consumo.

Como cada diez años, Marx ha vuelto. Las conciencias de lo correcto duermen intranquilas.