23/1/16


Anoche, antes de dormir, me di un largo baño con agua caliente. Luego de semanas de que el calentador de paso diera problemas, de que había convertido la regadera en una ruleta de hervor y frío, di con la respuesta en un manual técnico en línea. Y después de programarlo varias veces y hacer ensayos de resistencia corporal a las temperaturas, alcancé en una de ellas la regulación óptima.

Sólo me quedé ahí, por largos minutos bajo la regadera, apoyado en la pared y sintiendo el agua caer, como un abrazo. Ha sido lo más reconfortante que he sentido en meses. Y después caí dormido hasta esta mañana.


Si bien por estas zonas el agua es escasa y la cortan cada quince días, es una necesidad que el estado debe garantizar, con tanto gas que se produce en México. Es a las industrias a quienes se les tiene que regular primero, el abuso en el consumo de agua y combustibles; y con mayor razón ahora que el capital extranjero viene a saquear todo aquello que sobró de los últimos cinco siglos.

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