8/5/11

El patrón colonial de poder

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(Fragmento de ponencia acerca de la colonialidad)

El concepto colonialismo se utiliza para definir un periodo histórico que transcurre entre los siglos xvi-xix y que se le vincula explícitamente con un modo de producción pre-capitalista o mercantilista, paso previo a los procesos de acumulación propiamente capitalistas que dan comienzo a la época ‘moderna’ que llevará al actual capitalismo mundial o globalizado. Esto es cierto pero incompleto ya que es visto desde una perspectiva eurocéntrica; incompleto debido a que presupone al colonialismo como etapa anterior al capitalismo; el cual, como etapa superior de desarrollo, aparentemente de forma natural elimina las relaciones coloniales debido al libre mercado y los Estados democrático-liberales. Esta visión lineal de la historia de la modernidad plenamente eurocéntrica oculta lo que Aníbal Quijano denomina como ‘el proceso de desarrollo desigual y combinado’, que implica que para que los países colonizadores alcanzaran los grados de desarrollo necesarios para llevar a cabo sus revoluciones industriales y burguesas fue precisa la explotación de las colonias americanas en primer grado, así como las africanas y asiáticas posteriormente; es decir, que si en Europa las relaciones de producción llegaron a ser capitalistas se debió a la condición de que en el resto del mundo no lo eran. Desde esta perspectiva, Quijano profundiza el significado de la modernidad al proponer la categoría de colonialidad, la cual no es solamente una colonización sobre los territorios, recursos naturales o población sino más bien una relación basada en el poder, es decir, un patrón de poder que da comienzo al sistema mundo moderno/colonial;[1] patrón que inicia en 1492 con lo que Edmundo O´Gorman denominó la invención de América, que posteriormente llevaría a la constitución de la propia Europa como identidad y hasta el actual capitalismo moderno/colonial. 

La colonialidad es la faz oculta de la modernidad, oculta debido al patrón de poder denominado por Quijano como la colonialidad del poder, mismo que se basa en dos ejes: primero, la clasificación social a partir del concepto de ‘raza’; y segundo, la dominación económica a partir de la relación capital-salario en un mercado mundial. En el caso primero, el eje de la clasificación social a partir de la raza, se origina en los sistemas coloniales de dominación en América pero perdura al colonialismo para establecerse mundialmente al naturalizar las relaciones coloniales de dominación en la identidad dominante a partir de la dicotomía superior/inferior, primero a través de las clasificaciones fenotípicas (la piel, la raza) que generó identidades sociales históricamente nuevas: los indios, los negros, los blancos, los mestizos, etc.; luego a través de las jerarquías sociales (clases), identificando a cada raza con su rol social a través del patrón eurocéntrico de dominación, para, finalmente, sustentarse en las científicas (evolucionismo, positivismo, posmodernismo, etc.), identificando a los dominantes de acuerdo a sus aptitudes intelectuales-mercantiles o desarrollo tecnológico. De esta manera, la dicotomía eurocéntrica superior/inferior, que es propia de la etapa colonial al ser igualada al colonizador/colonizado, se convierte en un patrón de poder extensivo al capitalismo al generar antinomias burguesas (como las denominaría Lukács), como lo son: universal/particular, lo uno/lo otro y, posteriormente, desarrollado/subdesarrollado o primer mundo/tercer mundo; logrando, con esto, homogeneizar cualquier diferencia identitaria bajo el imaginario del otro, del no occidental, despojándolos de cultura e historia subjetivas para reducirlos bajo la dominación objetiva del progreso eurocéntrico.

El segundo eje, la dominación económica a partir de la relación capital-salario en el mercado mundial, es lo que Marx llamaría las relaciones de producción plenas de un sistema capitalista; es decir, el control y explotación del trabajo así como el control y explotación de la producción y distribución de las mercancías, mismo que ha sido discutido ampliamente por la teoría crítica marxista. Significa, de acuerdo con Quijano, la articulación en torno a la relación capital-trabajo asalariado del resto de formas históricas de control de trabajo, sin embargo, como se dijo anteriormente, esta relación es colonial al basarse en una diferenciación racista, la que termina por definir las relaciones de trabajo características del sistema mundo moderno/colonial.

La colonialidad del poder permite identificar, en un entramado paralelo, la construcción hegemónica de las formas de producción de conocimiento que se articularán alrededor de la intersubjetividad del capitalismo mundial. Este entramado es el eurocentrismo. 
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[1] mismas que, entendidas a la par de Wallerstein formarán al sistema mundo moderno; primer sistema mundial que relaciona a las economías mundo previamente existentes a través de una racionalidad específica (eurocéntrica) de dominación y de un sistema de acumulación del capital,
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2 comentarios:

  1. muy fome lo q asen son unos perquines

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  2. muchas cosas , jajajajja , son feo mas q la chucha jajjajaja , bamos a sbxvsdgjcvsdbcjksdbhchsdmcbsdbchbd,cnnmsdbjcbsdnc nsd n sdn xcbz nmd cnz dcxdvn cfnm n jjajajja jwsnjbkchkdrjvrfjdbjcv fm bgmnvubfcv nb n vhfvdmnch jwjbdbhjns jgdcb nn nhx dnsb gxc cb bd bs bcd cvc cvvgvdvcfs xhvsdvdnvxcsf xsv sgxsvxgsvxhshdcbjfrfb fnd feb fb fcrhvf hijo de sus mamas udcjdfbchrbhbcfhbhdbbckf jjrrcmrnnfjr fjrhfj jhjrfbjhbdekd mndejbdhev jbfhrvfhrbkfrb nrfbuegdysvcdlykebfdw jd cekbufbfdbcmd ewjdvehwckurhe cfmbhfjryfvrkbfgevf dnckwqg3rigd 3dvakhd3u2o31jknwsdhwbefrhf vhrfb43jrgyf4yeh4bvrfkde3 fd chb4fu3bvbjn3 f3umdj2hbk3jgbd23nr fbrhgfr3ukdg2b3ed edhge3rvy3kjebhnb4mehmb 3mhejvdbkejbhrbmdegbhdembdwjhbefmwbfrjf,brjwfejhdfbejwbfwejbfmtyu65hughfyjrh4}

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