25/4/09

La Argentina de Origami



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I
Con las botas calzadas y los bigotes recortados es que La Boca se navega. Como un imenso puerto de papel carbonizado aparece en los quemados atardeceres y desaparece en las ventiscas de las madrugadas. La Villa Cartón y la Villa Inflamable pelean por sobrevivir después del desplazamiento y desocupación que el capitalismo les provocó.
El lento atravesar de la única embarcación, barquito de papel, que se balancea de babor a estribor con el movimiento de ambos remos, de aquél barquero que atravesó el Tigre para recalar en el Dock Sud, y ahora por 40 centavos atraviesa a quienes viven en el más allá del puerto, más allá del umbral del “hacer” mortandad en Buenos Aires del gobierno macrista.
Barquito de papel, barquero de sangre, noche de arena y sal. Modelo para armar y con las manos deshacer. 40 centavos es tu papel, moneda de cambio que flota entre los aceitosos residuos del puente. Cementerio de metal, levantado por encima de las estatuas de Maradona y Gardel.

La Boca, aliento de la Bombonera que arrastra el viento hasta Parque Lezama, cama nocturna de los recuerdos, plantío de pasos que desenvuelve tu aliento. Cachorros en motocicleta, ortodoxos rusos con boina calada.
Eloísa Cartonera. Editorial de papel, poesía de reciclaje, lenguaje antropófago. Te como, te deconstruyo, te re-creo, letra a letra, susurro a susurro. "creación de una editorial especial: se editan libros con tapas de cartón comprado a cartoneros en la vía pública, pintados a mano por chicos que dejan de ser cartoneros cuando trabajan en el proyecto".
Puente Pueyrredón, de Darío y Maxi, armatoste de óxido que la quietud hace permanecer, contenido en el aire, en el espacio. Y más allá, Avellaneda.
II
Buenos Aires es un circo de papel. Las sombras y la luz dan vida y envilecen las artes manuelas, manuales. Son las sonrisas con sorna, los puntiagudos labios de los alebrijes del sur. Un ala, un seno, una lágrima de mimo.
III. Murgas en la ciudad

"Sentados en corro, merendábamos, besos y porros. Y las horas pasaban de prisa entre el humo y la risa.,, Te morías por volver,,, con la frente marchita cantaba Gadel, y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud. Ya llovió, desde aquél chaparron hasta hoy.
Iba cada domingo, a tu puesto del rastro a comprarte... carricoches de miga de pan, soldaditos de plata. Con aguita del mar andalúz quise yo enamorarte.
Pero tú no querías más amor, que el del Río de la Plata...
Duró la tormenta hasta entrados los años 80... Luego el sol fue secando la ropa, de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió. Mándame una postal de San Telmo, y adios, cuidate. Y, sonó, entre tú y yo, el silbato del tren.
...
Aquellas banderas, de la patria, de la primavera. A decirme que existe el olvido esta noche han venido. Les sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del Che.
Buenos Aires es, como contabas, hoy fui a pasear. Y, al llegar, a la Plaza de Mayo me dio, por llorar, y me puse a gritar: ¿dónde estas?
IV. La ciudad de la furia
Amenazada ciudad, seducida de poder y dictaduras; de occidente y París. Te invocas como péndulo: allá la civilización y aquí la barbarie.
Te quitan la piel, tus veredas, que como cicatrices mal curadas se sienten a flor de piel en nuestros pasos. Los tecnócratras burgueses, una vez más, te reclaman, sometiéndote. Dejas de ser la furia en la ciudad para convertirte en la ciudad de la furia. Fetichizada como objeto motriz. Embotellada en un envase corrompido de soda, de espuma amarilla y negrísimo fondo.
¡Despertate! No te desveles tampoco con la perfumada hipocresía alfonsinista, reacia a la pluralidad de tu composición social y que se maquilla de rojo y blanco en tus avenidas kitsch.
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¡Despertate! De entre las fábricas retumban los presos, los piqueteros incansables de las villas y bastiones; los trabadores que te toman y transforman con su trabajo, revitalizándote. Te muestran tu rostro más artístico, como arañas que recorren tu cuerpo, ansiosas por crear vida, pensar ideas.
[Gracias a Circo Burlesque por las imágenes]

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