7/7/09

La negritud y nosotros

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Fragmentos de Cuaderno de un retorno al país natal
Aimé Césaire

Al fin del amanecer,
una sed de macho y el testarudo deseo,
me dividen los frescos oasis de la fraternidad,
impúdico friso de duras espinas,
este horizonte demasiado seguro se estremece como
un carcelero.

Tu último triunfo, curvo tenaz de la traición.
Lo que me pertenece, estos cuantos miles de moribundos que giran sin cesar en la calabaza de una isla, y lo que es mío también, el archipiélago arqueado como el deseo inquieto de negarse diríase una maternal ansiedad de proteger la tenuidad más delicada que separa una América de otra; y sus flancos que segregan para Europa el uen licor de un Gulf Stream, y una de las dos vertientes de incandscencia entre las cuales el Ecuador piruetea hacia el África. Y mi isla sin cercar, su clara audacia en pie detrás de esta polinesia y ante ella, la Guadalupe, su espina dorsal partida en dos, hecha de nuestra misma miseria, Haití, donde por primera vez se alza la negritud y dice que creía en su humanidad, y la colita cómica de la Florida donde se acaba con un negro estrangulándolo, y el África gigantiscamente moviéndose como una oruga hasta el pie hispánico de Europa, su desnudez en que la muerte siega a grandes trancos.

Y yo me digo Burdeos y Nantes y Liverpool
y Nueva York y San Francisco
ni un pedazo de este mundo que no lleve mi impresión
digital
y en mi cálcaneo en el elomo de los rascacielos y mi mugre en
el fulgor de sus gemas;
¿Quién puede jactarse de tener mejores cosas que yo?
Virginia, Tennessee, Georgia, Alabama.
Putrefacciones monstruosas de inoperantes revueltas,
marasmos de sangre pútrida
trompetas absurdamente taponadas
Tierras rojas, tierras sanguíneas, tierras cosanguíneas.

Y lo que es mío también, una celda pequeña en
el Jura,
una celda pequeña, la nieva duplica sus barrotes blancos la
nieve es un carcelero blanco de guardia ante una
prisión
Es mío
un hombre sólo preso de blancura
un hombre solo que desafía los gritos de las muerte
balcna
(TOUSASAINT, TOUSASAINT, LOUVERTTURE)
un hombre solo que fascina el gavilán blanco de la muerte
blanca
un hombre solo en la mar infecunda de arena blanca
es un viejecito negro que se levanta contra las aguas
del cielo
La muerte describe un círculo brillante encima de este
hombre
la muerte brilla dulcemente sobre su cabeza
la muerte sopla en la caña madura de sus brazos
la muerte galopa en la prisión como los ojos de los gatos
la muerte hipa como el agua bajo las rocas
la muerte es un pájaro herido
la muerte decrece
la muerte vacila
la muerte es un patyura sombrío
la muerte expira en una blanca balsa de silencio.

...

A fuerza de pensar en el Congo
me he convertido en un Congo ruidoso de bosques y
de ríos
en el que el látigo restalla como un gran estandarte
el estandarte del profeta
donde el agua hace
likouala-lokouala
donde el rayo de la violencia lanza su hacha verdosa y
obliga a los jabalíes de la putrefacción a desembocar en la
bella orilla violenta de las fosas nasales.

...

guardias y guardieros
verbalisad la gran traición el gran desafío y el impulso
satánico
y el insolente derivar nostálgico de lunas rojas fuegos
verdes y fiebres
amarillas
porque os odiamos a vosotros y a vuestra razón quienes
estamos del lado de la demencia precoz de la locura llameante y
del canibalismo tenaz
Contemos:
la locura que recuerda
la locura que aúlla
la locura que ve
la locura que se desencadena

Ya sabéis lo demás

¿Quién y Quiénes somos? Admirable problema

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