23/7/09

La irónica fantasmagoría mediocre del pequeñoburgués

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Di en pensar que, por más fantasma que fuera el acorazado, decorosamente no podía circular desnudo entre espectros; quién sabe qué podrían suponer de mí. Tales eran mis escrúpulos terrestres.


No había excusa. Si yo hubiera sido un hombre respetable, un hombre que gastara calzoncillos de franela, en vez de encontrarme ahora solo y perdido a bordo de un barco fantasma, me encontraría en el seno de mi familia, posiblemente sentado a una mesa real, disfrutando de los bienes concedidos a los hombres honestos. Recordé los consejos que en la escuela me prodigiara una santa y digna maestra, me acordé de los avisos que las compañías de seguros insertan en los tranvías. Avisos en los que aparece un progenitor en compañía de dos párvulos escrupulosamente peinados, sentados ante una mesa. Están acabando armoniosamente su merienda y de pronto los niños le señalan al padre, por la ventana, un truculento vagabundo que pide limosna porque no practicó la santa virtud del ahorro...

¿No era yo, en cierto modo, la representación de ese vagabundo? Todo ello me ocurría por haber dejado de tratar a personas respetables y alternar con un marinero borracho y loco. Ahora me encontraba a bordo de un acorazado fantasmagórico, entre...


Me-rio-bajo-las-penas-de-El-Jorobadito-¡hahaha!-
Descubro-pregunto-:-el-reflejo-del-pequeñoburgués-que-hace-Roberto-Arlt-en-1933.
¿Y-vos?-¿te-reís-o-llorás?

Pequeño-deprimido-singular
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