12/2/16


La calle está en completo silencio. Algo sucedió que esta noche la colonia está sin movimiento. Es un silencio engañoso, más bien impuesto. A no más de cien metros hay algo, parece un funeral. Poco a poco, desde hace un par de horas la gente ahí se reúne, se forman familias, todos de negro; pero sólo miran al piso, no se miran a los ojos ni se abrazan, sólo las abuelas.

La casa que más destaca en la calle abrió sus portones blancos y ahí afuera se reúnen. Es una casona de tres pisos, roja y con balcones. Al acercarse, las personas parecen esperar una seña o la aprobación siquiera para abrir la boca o para prender un cigarro. Doce, quince familias son ya.

La noche es ya más profunda. Noche de viernes.

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