23/6/18

Uno sabe cuando es real

Poema descubierto una cabrona mañana.

Cabrona con corazón (1997)

Desciendo de una larga línea de cabronas,
una migración entera
moviéndose hacia el norte desde el inicio del tiempo.
Ahora estamos por doquier
–aunque el mundo público preferiría
no vernos– Con nuestra mirada inquietante,
pelo grisáceo y oscuro.

Nadie percibe mis cuernos enseguida,
se deja desangrar,
pisoteado sin reflexión y sin misericordia
pero encuentra un fin rápido y limpio.

Las cabronas son extrovertidas,
a veces defensivas,
melindrosas,
siempre un poco hambrientas
y el rasgo más difícil: testarudas.
Nosotras escalamos obstinadamente,
el resbalar no nos vence,
somos buenas en manada
pero una cabrona
no se amilana al andar sola
en la saliente más delgada.

Alguna vez leí en una revista
que nunca estamos satisfechas.
Dicen que nosotras no lloramos,
que exigimos mucho.
Cuidado con esas cabronas, decía.
Ya tienen credenciales de elector,
todo tipo de permisos,
una cabrona con el pecho desnudo en la portada.
Y aún así no podías ver su corazón.

Nosotras tenemos corazones,
del tamaño de sandías,
que no caben en la cavidad del pecho.
Hay quien encuentra sus arterias expuestas,
su latido, irritante.

Hay cabronas con corazón
y hay cabronas.
No me confundan con la especie
sin corazón.
Pero no se equivoquen,
sí soy cabrona.

 Ana Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario