24/12/20

Al anochecer de hoy, salí a caminar. Había viento muy recio, pero me hice el fuerte, con chamarra, y caminé varias cuadras de esta orilla. 

Cuando camino, me gusta respirar muy profundo, por la nariz; tomar todo el aire posible, hacia el interior. Me hace sentir que renuevo los pulmones empolvados por el encierro.

Casi no había gente ya en las calles. Uno que otro ciclista perdido; tres laburantes de un lugar de lavado de autos; la trabajadora explotada de una pescadería.

Es mi primer fin de año en esta colonia; todavía me faltan fines de años aquí para sentirla propia. No sé si eso llegue a suceder, quién sabe si me quede acá otro año, nada está decidido.


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