23/2/11

La Cuba socialista y el Puerto Rico oprimido

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El otro día fui a una feria de artículos usados. Tenían una cantidad de libros considerable y me puse a escoger varios para llevarlos a la biblioteca popular. En general busqué libros que fueran atrayentes a niños y adolescentes (con muchas fotografías y explicaciones divulgatorias) y otros que estuvieran dirigidos a la preparación de profesores (metodológicos, introductorios, universitarios).

Salí con los libros apilados entre mis brazos, tantos que no podía prácticamente ver hacia adelante. Ya en casa me puse a hojearlos. Quiero hablar de uno en particular. Es un libro editado en 1978 para promover a Puerto Rico como destino turístico. Está en dos idiomas: español e inglés. Y se centra en mostrar las imágenes de los recintos de San Juan y las playas más atractivas.


En un primer momento me sentí muy atraído hacia las imágenes de los castillos, iglesias y barrios de la capital ya que reflejaban tiempos de adolescencia con amigos o amores. Esa inmediatez que la fotografía le otorga a un tiempo de apariencia detenido en una "época mejor".
 

Ya después, cuando lo analicé en términos políticos fue otro el contenido, principalmente por las placas que situan en los recintos históricos de San Juan como si fueran parte de los EEUU y no de la historia de América Latina. Igualmente por las banderas del imperio por todas partes, junto a la puertorriqueña y la bandera de los españoles (esa blanca y roja). Es como si hubieran cercenado una gran parte de la historia de la isla al nombrarla territorio de otro(s). Son las consecuencias que sufrimos quienes geográficamente estamos más cercanos al hoyo negro de la humanidad: las clases imperialistas de EEUU.

Sin embargo, no es del todo cierta esa idea. Porque en estos días he estado leyendo un libro de Cuba, nación hermana nuestra y además socialista (tan cercana a EEUU como México y Puerto Rico). El libro es de un poeta nicaragüense de nombre Ernesto Cardenal que fue revolucionario en la campaña de Sandino, luego se hizo sacerdote y además es poeta, es decir, conjuga tres actividades que superficialmente pudieran ser contradictorias: poeta, sacerdote y revolucionario. El libro es la crónica que Cardenal cuenta de cuando visitó Cuba en el 71.


De manera inicial, el gran contraste de su libro en comparación con el turístico de Puerto Rico radica en cómo se ha llevado a cabo la distribución de la tierra y los bienes en ambas islas. Por un lado, en Puerto Rico (en 1978) han proliferado los campos de golf, country clubes, los recintos históricos cerrados y de paga. Es decir, los recintos más lujosos siguen siendo solamente de quien puede pagarlos (burgueses adinerados, bofos por no trabajar) y de los turistas extranjeros (mayormentes yanquis). Por otra parte, en Cuba (en 1971) los country clubes han sido transformados en casas de arte para los estudiantes campesinos y obreros; en donde antes la clase burguesa iba a pasar el día de sol en una mansión, ahora miles de niños viven y estudian arte y formación política. Los hoteles más lujosos de La Habana (donde no permitían el acceso a negros ni trabajadores) fueron convertidos en hoteles de acceso público. Las mansiones de los gobernantes ahora son centros de trabajos comunitarios en donde se fomenta la poesía, el trabajo colectivo y la conciencia jurídica.


Esta experiencia nos lleva a pensar la posibilidad de un mundo diferente al que nos hacen creer es imposible cambiar. El ejemplo cubano servirá de inspiración a muchos otros alrededor del mundo, a pesar de la degradación que el sistema cubano ha tenido en los últimos años debido a la burocratización.


Tengo la intención por transcribir casos de lo que en Cuba libre se llaman los "Tribunales populares". Es un ejemplo del tipo de justicia que se lleva a cabo cuando los jueces no son elementos "encumbrados" en sus altares ni las leyes puestas por encima de los hombres.

 

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